El consumo desmedido del alcohol está relacionado a una infinidad de problemas de salud. Su impacto es tal, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) desea tomar cartas en el asunto. De hecho, incluso ha planteado establecer un impuesto internacional a la bebida. Sin embargo, una limitación absoluta de ciertas variantes de esta droga podría no ser del todo positivo.
Una forma benéfica del alcohol sería el vino. De hecho, su consumo moderado (la famosa copa al día) tiene un efecto determinante en la salud general de los pacientes. Esta idea fue confirmada por un grupo de investigadores de Pozilli, Italia. Los hallazgos fueron publicados en la revista Addiction y con la guía del Instituto de Investigación Hospitalización y Cuidado a la Salud (IRCCS).
Bebedores y abstemios, con peor salud que quienes consumen alcohol ocasionalmente
Para el estudio, se contó con 21 mil participantes. Se le dio seguimiento a cada uno durante 6 años. Después, se analizó cómo se relacionaba su de consumo de alcohol con el número de hospitalizaciones. Simona Constanzo, autor líder, señala que se observó una peor salud en quienes abusaban de la bebida. Pero quienes no la consumen también tienen un riesgo mayor.
Observamos que un consumo intenso de alcohol está asociado a una mayor recurrencia de hospitalización. En especial, de varios tipos de cáncer y otras enfermedades relacionadas a la bebida. Este hecho confirma el efecto nocivo de la ingesta excesiva de la sustancia. Quienes toman moderadamente tienen menor riesgo de ser internados, incluso abajo que los abstemios.
Para cualquier causa, los abstemios tienen un 11 por ciento mayor riesgo de hospitalización. En bebedores intensos, el porcentaje sube a 19. Ambas cifras, con respecto a quienes tomaban entre 12 y 48 gramos de alcohol cada día. Sin embargo, algunas enfermedades son más frecuentes que otras. Por ejemplo, las condiciones vasculares aumentan la frecuencia con la que los pacientes se internan en hasta 48 por ciento. Para el cáncer, la tasa se incrementa en hasta 36 por ciento.
Además, el efecto del abuso del alcohol se potencia cuando se consumen paralelamente otras drogas. Específicamente el tabaco. Ken Mukamal, coautor del estudio, afirmó que el objetivo de la investigación no es promover la ingesta de bebidas. Al contrario, dijo que la intención del equipo es señalar los complejos mecanismos detrás del consumo de esta sustancia.