Desafortunadamente en todo el mundo los casos de secuestro médico no son poco comunes. Tan solo en agosto pasado, una joven estadounidense acusó de este crimen a la Mayo Clinic. Aunque en esa ocasión la paciente pudo escapar, hay personas con peor suerte. Cientos de madres y recién nacidos, de bajos ingresos y minorías, son secuestrados constantemente en hospitales.
Así lo afirma una investigación de la agencia AP. De acuerdo con su reportaje, en Eslovaquia cientos de mujeres y bebés en todo el país sufren de este delito. Los hospitales del país los fuerzan a quedarse en las instalaciones hasta 4 días después del nacimiento. Independientemente si lo necesitan o no. Esto, porque buscan desesperadamente el dinero de las aseguradoras.
Secuestro en hospitales, una cuestión financiera
A las mujeres de Eslovaquia y sus bebés no solo se les impide la salida. Además, son objeto constante de insultos raciales y abusos físicos. En particular, este trato en los hospitales lo reciben las pacientes de la minoría romaní o gitana. Como muchas personas de esta población son de bajos recursos, el gobierno les provee una ayuda económica. Sin embargo, la administración no asigna este dinero a menos que los doctores del mismo centro médico les den de alta.
Los hospitales se niegan a autorizar su salida por motivos económicos. De acuerdo con fuentes internas de los instituciones, las aseguradoras tienen requisitos estrictos. Muchas veces, a menos que la paciente no permanezca en el centro por 4 días, no se les reembolsa el costo de los cuidados natales. Por supuesto, no es el único tipo de crueldades a las que deben enfrentarse.
En muchos hospitales, embarazadas romaní deben compartir camas de parto. Para sus bebés, las cunas también son compartidas. Otras pacientes incluso han denunciado doctores que las atan, golpean y maltratan mientras están en los hospitales. Algunos “profesionales” de la salud simplemente les niegan la atención médica que necesitan, incluso durante el nacimiento.
Algunos hospitales también recurren al terror psicológico para extender la estadía de las pacientes. A muchas mujeres se les dice que, si salen antes del centro médico, pueden no detectarse problemas en su bebé. En ocasiones, el abuso a las madres es tan insoportable, que algunas deciden escapar de las instalaciones. Como respuesta, varias instituciones mantienen a los bebés confinados. Cuando las pacientes vuelven, se les cobra una cuota por cada día que “abandonaron” a sus hijos.