En un caso sin precedentes, se reportó el nacimiento de una bebé de un útero transplantado. Lo especial de esta situación, es que la donadora ya había fallecido al momento de la operación. De acuerdo con la investigación que documenta la proeza, publicada en la revista The Lancet, el embarazo concluyó en diciembre pasado en Brasil.
Los especialistas responsables de la hazaña son de la Escuela de Medicina de la Universidad de Sao Paulo. El nacimiento se realizó en el Hospital das Clinicas, adscrito a la institución académica. De acuerdo con Dani Ejzenberg, autor líder del estudio, los resultados son revolucionarios. Son la “prueba de concepto” de una nueva forma de concebir los transplantes de útero para el futuro.
La historia del útero que pasó a la historia
De acuerdo con el estudio, la paciente de 36 años que recibió el útero sufría de una extraña condición. El síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser afecta únicamente a 1 de 4 mil 500 mujeres. Provoca en las personas una ausencia o sub-desarrollo de la vagina y otros órganos reproductivos. Los genitales externos y ovarios, sin embargo, son normales y funcionales.
Por otro lado, la donante del útero fue una mujer de 45 años, que falleció a causa de un derrame cerebral. Los investigadores determinaron que era una buena candidata por su tipo de sangre. Además, a lo largo de su vida, jamás había tenido una Enfermedad de Transmisión Sexual. Igualmente, tuvo dos hijos por vía vaginal. El transplante duró 10 horas, mientras que el periodo de recuperación en hospital se extendió hasta 8 días.
Cinco meses después, los especialistas determinaron que el transplante había sido exitoso. La paciente no solo experimentaba menstruación por primera vez en su vida. Además, exámenes en ultrasonido descartaron anormalidades en el útero. Se utilizó fertilización in-vitro y fertilización asistida para el embarazo. De acuerdo con los expertos, se trató de una gestación sin problemas.
Después de 35 semanas y tres días, los doctores forzaron el nacimiento. Se recomendó esta acción para evitar problemas de desarrollo por la terapia de inmunosupresores. Durante la cesárea, también se extirpó el útero transplantado para que la paciente pudiera suspender el tratamiento. Aunque anteriormente se habían intentado este tipo de embarazos, ninguno había sido exitoso. La primer hazaña de este tipo, con un donante vivo, se realizó apenas en 2013-2014.