Mientras que el pasado 1 de diciembre inició de manera formal el sexenio de Andrés Manuel López Obrador al frente de México, existen algunos puntos que se deben analizar.
Uno de los puntos más importantes es el actual estado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el cual actualmente cuenta con 80 millones de derechohabientes, lo que significa que atiende a 6 de cada 10 mexicanos.
Al respecto, mientras que en algunos aspectos el IMSS creció y mejoró durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, en otros rubros se registró una peligrosa desaceleración.
Los puntos positivos
Dentro de los puntos positivos destaca la implementación de la digitalización para la mayoría de los servicios ofrecidos. Gracias a esta acción se lograron ahorros por 7 mil 300 millones de pesos, principalmente en papelería. En parte, esta iniciativa fue la causante de que se registrara un superávit en los ejercicios fiscales de los últimos dos años en el IMSS.
La cara negativa del IMSS
A su vez, dentro de los actuales problemas se encuentra la falta de médicos y enfermeras para cubrir las necesidades de los derechohabientes. Mientras que durante el pasado sexenio creció la cantidad de personas afiliadas al IMSS, no se observó un aumento sustancial en la contratación de personal.
Como muestra de lo anterior, mientras que en el 2012 el IMSS registraba 0.41 médicos familiares por cada mil derechohabientes, para el cierre del actual sexenio la cifra se redujo a 0.35. En el caso de enfermeras, al inicio del sexenio existían 2.52 por cada mil afiliados, mientras que ahora son 2.27.
También se debe mencionar que la inversión hospitalaria durante los pasados 6 años fue insuficiente. Es por eso que algunos especialistas consideran que se tendrían que construir 36 hospitales de 144 camas cada uno para nivelar la situación y atender correctamente a los pacientes.
Con todos estos elementos es claro que mientras el IMSS creció en algunos aspectos, en otros se encuentra en plena crisis.