Entre las enfermedades más peligrosas en el actual sistema de salud global está el cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que solo este año cobrará las vidas de casi 10 millones. Además, a pesar que cada vez se diseñan terapias más efectivas contra algunos tipos, otros son todavía en extremo mortales. Una investigación puede tener una nueva solución.
Investigadores del Centro de Investigación Alemán para el Cáncer (DKFZ) han publicado un estudio en Nature Communication. En su documento, aseguran haber hecho un descubrimiento sobre una característica genética de los tumores. Aurelie Ernst, autora líder del equipo, afirma que este hallazgo podría significar el desarrollo de terapias alternativas.
Los expertos habrían descubierto la razón por qué en hasta el 30 por ciento de los casos de cáncer se pueden observar tumores con un desastre genético catastrófico. De acuerdo con los investigadores, algunas células presentan cromosomas severamente dañados. Estos defectos serían provocados por el fallo de sistemas de reparación genética.
¿Cómo beneficia esta característica del cáncer al tratamiento clínico?
Ernst explica que los cromosomas de ciertos tumores de cáncer están rotos en muchos puntos. Además, pueden presentar partes duplicadas, faltantes y hasta armadas incorrectamente. El equipo denominó a este catastrófico fenómeno como cromotripsis. Se encontró su causa en modelos animales, donde se apagó intencionalmente el sistema de reparación genética.
A primera vista, este caos en el cromosoma causado por los defectos en el sistema de reparación es aterrador. Pero podemos aprovecharlo para combatir ciertas células de cáncer. Podríamos utilizar fármacos que paguen más elementos de mantenimiento genético. Esto podría ocasionar tanto daño que los tumores serían incapaces de sobrevivir. El tejido sano, que no tiene este tipo de errores, podría ignorar las drogas sin ningún efecto secundario.
Los investigadores confirmaron la incidencia de cromotipsis en humanos solo en tres casos: cáncer de mama, tumores cerebrales y melanoma. Sin embargo, esperan que se puedan utilizar sus descubrimientos para potenciar la medicina personalizada. Afirman que, antes de aplicar una terapia de este tipo, sus teorías deben someterse a pruebas clínicas.