Tanto la obesidad como la depresión son de las grandes preocupaciones del sector salud. El Centro Estadounidense de Información en Biotecnología (NCBI) estima que en 2030, la primera afecte al 20 por ciento de la población global. Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) espera que la segunda sea la principal causa de discapacidad ese mismo año.
Si bien ya se había teorizado que ambas tienen una relación cercana, un nuevo estudio afirma haberlo comprobado irrefutablemente. La investigación, publicada en el International Journal of Epidemiology fue liderada por expertos de Australia. Elina Hyppopen, coautora del hallazgo, menciona que se miró a la relación entre obesidad y depresión desde un enfoque genómico.
La actual epidemia de obesidad a escala global es muy preocupante. Junto con la depresión, se estima que le costarán al mundo billones de dólares al año. Nuestra investigación muestra que el exceso de peso no solo incrementa el riesgo de enfermedades crónicas. También puede ser un catalizador de trastornos mentales importantes.
La interacción entre la obesidad y la depresión
El equipo de Hyppopen analizó la información de casi 350 mil participantes. Para el estudio, se observaron tres características. Primero, la predisposición a tener un alto Índice de Masa Corporal (IMC). Segundo, la tendencia a desarrollar enfermedades relacionadas a la obesidad, como la diabetes. Tercero, el componente psicológico-genómico ligado a la depresión.
Se encontró que todos estos genes tienen una relación muy profunda con la obesidad. Incluso cuando los participantes no desarrollan una enfermedad crónica, la obesidad parece ser causa de depresión, especialmente entre pacientes mujeres. Esto significa que este trastorno mental, más que estar ligado a los padecimientos físicos como tal, está ligado a altos valores del IMC.
Para México, estas conclusiones podrían ser particularmente preocupantes. Este marzo, el titular de la Secretaría de Salud afirmó que la obesidad era todavía el principal reto del país. José Narro Robles apuntó en su intervención que esta condición ha aumentado su incidencia en zonas rurales. También comentó que la estrategia de salud en este ámbito debería ser de prevención.