Hace unos días comentábamos que el entrenamiento peer-to-peer puede ser muy beneficioso. Las ventajas de estos modelos van más allá del obvio ahorro económico. De hecho, permiten que el proceso de aprendizaje sea mucho más efectivo. Además, puede desarrollar habilidades de liderazgo y trabajo en equipo entre tu personal. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica.
Para muchos, establecer un programa de entrenamiento interno es complejo. En especial porque pueden tomar muchas formas: presencial, en línea, sesiones semanales o un taller intenso un solo día, etcétera. Estas características deben estar determinadas por las necesidades o limitaciones de tu consultorio. Pero hay cuatro elementos que deben estar presentes en cualquier caso.
1Facilitador del entrenamiento
No importa quién va a impartir la capacitación. Una persona neutral debe fungir como el “administrador” de la experiencia. El que se encuentre en este rol no debe ser ni quien dirigirá el entrenamiento ni, idealmente, uno de los alumnos. Deberá organizar las sesiones y asegurar que todos los participantes estén al corriente. Así se fomenta un ambiente positivo para el aprendizaje.
2Ambiente de seguridad
Un elemento importante en el entrenamiento peer-to-peer es la confianza. Cada participante debe saberse en un entorno donde puede dar y recibir retroalimentación libremente. Para eso, se deben establecer algunas reglas básicas. Por ejemplo, respetar el principio de confidencialidad, practicar la empatía, jamás realizar comentarios porque “es lo que esperan escuchar los demás”, etcétera.
3Enfoque en situaciones de la vida real
Los entrenamientos peer-to-peer son excepcionales porque todos están conscientes de su entorno cotidiano. Así pues, cuando la experiencia requiera un ejemplo o caso de análisis, es recomendable usar los retos del mismo consultorio. No solo el entrenamiento será más efectivo, sino que se pueden encontrar soluciones de forma anticipada.
4Networking
Si el entrenamiento se realiza en instituciones muy grandes, se pueden usar elementos digitales para extender el alcance de la capacitación fuera de las sesiones. Incluso en un consultorio pequeño, usar redes sociales y grupos fomenta a que el aprendizaje se conserve a lo largo del tiempo. La discusión regular de ideas permite, también, el desarrollo constante de habilidades.
