Las demencias y las enfermedades caracterizadas por el deterioro cognitivo son la epidemia del futuro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) espera que, para 2050, el número de casos llegue a 152 millones. Por ello, se han diseñado múltiples métodos para intentar detectar su incidencia en etapas tempranas. Un nuevo dispositivo podría diagnosticarlo con un simple escaneo en el cuello.
El método fue presentado en la Conferencia de Sesiones Científicas de la Asociación Americana 2018. Desarrollada por un equipo del Colegio Universitario de Londres (UCL), la técnica puede detectar posible deterioro cognitivo con un examen de cuello de cinco minutos. Los expertos concluyeron que las pulsaciones sanguíneas tienen una posible relación con la demencia.
Una prueba de deterioro cognitivo de más de una década
Se examinaron tres mil participantes con esta técnica. Después de 15 años, se descubrió mayor deterioro cognitivo en los que presentaron pulsaciones más intensas. Apuntaron que el fenómeno podría provocar daños en los vasos sanguíneos cerebrales. Para el experimento, se revisaron las habilidades de resolución de problemas y memoria de cada persona.
Los participantes con el pulso más intenso tenían una probabilidad 50 por ciento mayor de desarrollar deterioro cognitivo. Los investigadores concluyeron que, a largo plazo, estos daños extra corresponden al desgaste natural de hasta un año y medio. Apuntaron que no todos los pacientes con este problema desarrollan demencias. Sin embargo, sí representa un factor de riesgo.
De acuerdo con Scott Chiesa, se espera que esta técnica ayude a detectar el deterioro cognitivo más fácilmente. Aunque no se especificó cuántos participantes desarrollaron demencia, aseguró que es un método válido para identificar posibles factores de riesgo.
La demencia es el resultado de décadas de deterioro cognitivo, así que para cuando ya se ha desarrollado la enfermedad ya es demasiado tarde. Estamos tratando de decir que se necesita un diagnóstico lo antes posible. Se requiere una forma de ver cómo evolucionan los pacientes. Así podremos identificar quiénes [podrían necesitar un tratamiento].
A futuro, esperan completar sus resultados con resonancias magnéticas. Con estas pruebas, pretenden identificar causas de deterioro cognitivo que se hayan pasado por alto. Además, los científicos quieren obtener indicadores adicionales para complementar las calificaciones de riesgo por demencia que ya existen.