Actualmente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) apunta que la imposibilidad o dificultad para moverse por el entorno es la principal causa de discapacidad en todo el país. Pero si las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son correctas, en menos de dos años podría ser sustituida por la depresión en México y otros países en vías de desarrollo.
Tratar la depresión podría ser particularmente difícil debido a una serie de descubrimientos realizados bajo el liderazgo de la Universidad de Graduados del Instituto Okinawa de Ciencia y Tecnología (OIST, por sus siglas en inglés) en Japón, publicados en la revista Scientific Reports. De acuerdo a los resultados de este estudio, existen tres subtipos para este trastorno mental, uno de ellos prácticamente indiferente al uso de fármacos.
De acuerdo con Kenji Doya, miembro del equipo de investigación y experta del OIST, el objetivo del estudio era comprobar científicamente si había una relación entre el tipo de depresión que sufre cada paciente y la efectividad de los tratamientos farmacológicos. Apuntó que se examinaron los datos clínicos de 134 participantes, entre ellos su historia médica, mental y personal, patrones de sueño e información de otras posibles causas de estrés en su vida.
Siempre se ha especulado que existen diferentes tipos de depresión, que a su vez influyen en la efectividad de las drogas. Pero nunca habíamos llegado a un consenso. Este es el primer estudio en identificar subtipos del trastorno mental a partir de la historia de vida e información de resonancias magnéticas. Podría proporcionar a los científicos que estudian los aspectos neurobiológicos de la depresión una dirección en la cual continuar su investigación.
La compilación de datos de los participantes reveló tres subtipos específicos de depresión. Uno de ellos probó estar relacionado a un alto nivel de conectividad funcional, así como traumas durante la niñez. Ésta categoría es particularmente resistente al consumo de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI, por sus siglas en inglés) y, por tanto, necesitan un tratamiento no-farmacológico para resolver este padecimiento.