Las tasas de suicidio entre los profesionales de la salud es notablemente alta en el mundo. Solo en Estados Unidos, entre 28 y 40 médicos de cada 100 mil se quitan la vida. Para 2017 se estimaba que en México había 343 mil 700 especialistas en todo el territorio nacional, lo que significaría (suponiendo que se tiene la misma proporción que en la Unión Americana) que al menos entre 96 y 140 connacionales en el sector se quitan la vida cada año.
Víctor Torres Mesa, presidente de la Academia Mexiquense de Medicina, comentó a El Sol de Toluca que el suicidio de médicos a nivel nacional ha experimentado un gran repunte. Reafirmó que se debe de atender este problema antes de que se convierta en un desafío todavía mayor.
Entre las razones que llevan a los médicos al suicidio, se cuenta la enorme carga emocional, los problemas económicos y la gran tensión que provocan las actividades del sector salud. Muchos jóvenes también se han visto forzados por su familia a estudiar medicina, en contra de sus deseos, lo que igualmente contribuye a la desesperación y a quitarse la vida.
Torres Mesa también señaló que algunos problemas de índole personal también terminan por minar su salud mental y provocar el suicidio. Apunta que muchos deben salir de su lugar de origen para encontrar trabajo o hacer su especialidad, lo que provoca soledad, ansiedad y miedo. También hay quienes desean formar una familia pero que, por su carga laboral, son incapaces de encontrar una pareja estable que les permita cumplir estas metas.
Únicamente continuar con su formación profesional puede provocar el suicidio. El experto señaló que incluso si los médicos consiguen pasar el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM), donde solo se seleccionan a tres de cada 10 postulantes, el perseguir especialidades y subespecialidades por años también tiene consecuencias importantes en su salud mental.