Aunque muchas personas han pasado por la experiencia de una prueba extremadamente difícil, del que depende tu calificación, tu futura escuela o algún otro elemento académico fundamental, pocos saben verdaderamente el estrés que significa un examen de medicina.
Ya sea el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM) o cualquier otra prueba de la facultad, en formato teórico o práctico, al inicio de tu educación o cuando tratas de conseguir un posgrado; esta experiencia es estresante. Aunque hay muchas formas de lidiar con esta ansiedad, hay métodos que empeoran las cosas y que debes evitar a toda costa:
Ignorar que debes presentar el examen
Algunas personas prefieren simplemente fingir que los días previos a la prueba son como cualquier corto. En el corto plazo, no se preocupan, duermen mejor y tienen niveles de estrés mucho más bajos que los de sus compañeros. Pero a la hora del acción, su “preparación” muchas veces no es ni siquiera suficiente para dar una buena batalla.
Culparse de todo
Hay muchas personas que, conforme se acerca el día de la prueba, empiezan a torturarse pensando que no han hecho lo suficiente para triunfar. Aunque a veces este enfoque puede ayudarte a permanecer concentrado para el examen, tanta negatividad jamás es buena.
Establecer metas poco realistas
Muy relacionado con el anterior punto, muchos estudiantes de medicina pueden creerse capaces de lograr todo lo que se proponen, con voluntad y muchas noches en vela. Pero es importante que todos tus objetivos para prepararte para el examen sean alcanzables, sin provocarte un colapso nervioso.
Privarte de descansos y recompensas
Especialmente en un examen muy difícil, algunos estudiantes deciden encerrarse y concentrarse de lleno en su prueba. Aunque esta técnica puede ser efectiva en cuestiones de productividad, rápidamente deteriora la moral, quita energías y no deja al cerebro procesar la información
Beber demasiada cafeína
Temporada de examen y café. A pesar de ser una pareja que es difícil de no concebir eternamente ligada, refrescos, bebidas energéticas, tés y otros productos que te ayudan a eliminar el sueño, aunque muy útiles para permanecer arriba una hora adicional, son muy perjudiciales para tu rendimiento a largo plazo. Es preferible que evites el consumo de estos productos en exceso.