Dentro de los múltiples problemas de salud pública de la actualidad, uno de los más alarmantes es la resistencia bacteriana porque a pesar del daño que provoca en la actualidad, el panorama a futuro no luce alentador. Al respecto, se debe considerar que tan sólo durante el 2016 la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que se registraron 700 mil muertes a nivel global provocadas por infecciones resistentes a medicamentos antimicrobianos.
Si bien, se trata de una cifra alarmante y preocupante, lo peor es que las estimaciones de la propia OMS señalan que para el año 2050 la resistencia bacteriana provocará 10 millones de fallecimientos anuales, lo que la convertirá en la primera causa de muerte en todo el mundo, por encima de la diabetes, diabetes, cáncer, VIH y problemas cardiovasculares.
Es claro que se trata de un tema serio que debe ser combatido en la actualidad porque de lo contrario, a futuro cualquier visita al hospital podría ser mortal debido a que las bacterias habrán desarrollado una fuerte resistencia que no existirán medicamentos lo suficientemente capaces para combatirlas.
Las bacterias más resistentes
Fue a partir de este grave problema que la OMS publicó una lista de bacterias para las que se requieren urgentemente nuevos antibióticos, a la cual denominó como Investigación y Desarrollo (I+D) y que forma parte de sus actividades para combatir el creciente problema mundial de la resistencia a los antimicrobianos.
En este caso, la lista de la OMS incluye 12 bacterias y está dividida en 3 categorías de acuerdo con la urgencia en que se requieren desarrollar antibióticos, es decir, primero se ubican los de prioridad crítica, después los de importancia alta y por último los de prioridad media.
Prioridad 1: Crítica
1) Acinetobacter baumannii, resistente a los carbapenémicos.
2) Pseudomonas aeruginosa, resistente a los carbapenémicos.
3) Enterobacteriaceae, resistentes a los carbapenémicos, productoras de ESBL.
Prioridad 2: Elevada
4) Enterococcus faecium, resistente a la vancomicina.
5) Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina, con sensibilidad intermedia y resistencia a la vancomicina.
6) Helicobacter pylori, resistente a la claritromicina.
7) Campylobacter spp., resistente a las fluoroquinolonas.
8) Salmonellae, resistentes a las fluoroquinolonas.
9) Neisseria gonorrhoeae, resistente a la cefalosporina, resistente a las fluoroquinolonas.
Prioridad 3: Media
10) Streptococcus pneumoniae, sin sensibilidad a la penicilina.
11) Haemophilus influenzae, resistente a la ampicilina.
12) Shigella spp., resistente a las fluoroquinolonas.
En primera instancia se encuentran las bacterias multirresistentes que son especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventiladores y catéteres intravenosos. En este rubro se incluyen las siguientes bacterias: Acinetobacter, Pseudomonas y varias enterobacteriáceas como Klebsiella, E. coli, Serratia y Proteus. En general, son bacterias que pueden provocar infecciones graves y a menudo letales en el paciente, como infecciones de la corriente sanguínea y neumonías.
Por otra parte, en el segundo y tercer bloque de la lista se ubican las bacterias que exhiben una farmacorresistencia creciente y las cuales provocan enfermedades comunes como la gonorrea o intoxicaciones alimentarias por salmonela.
Soluciones disponibles
De esta manera, con el fin de anticiparse a este posible escenario y ante el grave problema de salud pública que representa la resistencia bacteriana (el cual ha permitido que varias infecciones sean cada vez más difíciles de tratar), en el 2010 la OMS lanzó la iniciativa 10×20, cuyo objetivo central es apoyar el desarrollo de una nueva generación de antibióticos, conformada por al menos 10 nuevas moléculas antes del año 2020.
Como resultado de la iniciativa, una de las moléculas que se ha desarrollado es Sivextro (Fosfato de Tedizolid), un antibiótico de última generación que inclusive ya está disponible en nuestro país tras obtener en 2016 su aprobación por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para ser comercializado y es recomendado para el tratamiento de infecciones bacterianas agudas de la piel y sus estructuras, incluyendo las que son resistentes a la Meticilina y Vancomicina, lo cual es una muestra de que el programa es una alternativa para combatir el problema de la resistencia bacteriana.
Es por todo lo anterior que la resistencia bacteriana se trata de un tema muy delicado que afecta de manera directa a todos los profesionales de la salud y por lo cual es indispensable que tú te mantengas al tanto de los nuevos avances tecnológicos que se van generando y así ayudar a evitar que se presente un escenario como el que algunos vislumbran.