Con cerca de 80 millones de derechohabientes, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atiende a casi la mitad de los mexicanos, lo que representa una fuerte responsabilidad y además significa que cuenta con una fuerte carga de trabajo que afecta tanto al tiempo de espera de los pacientes como a las jornadas laborales de médicos y enfermeras.
Al respecto, a pesar de que durante décadas el IMSS presentó problemas financieros en sus ejercicios fiscales, durante los últimos años se logró revertir la situación gracias a estrategias como las compras consolidadas de medicamentos y la digitalización de trámites, lo que ha permitido que en los últimos dos años inclusive se obtuvieran ganancias.
Para entender de mejor forma el impacto obtenido, de los 17 mil 400 millones de pesos que el IMSS ha logrado ahorrar durante el último lustro, el 30 por ciento corresponde a la reducción de impresión de recetas, estudios e informes médicos, lo cual se ha obtenido gracias a las bondades de la tecnología y a la adquisición de equipo que maximiza los recursos.
Como parte de la anterior cifra, es necesario recordar que el IMSS ofrece alrededor de 490 mil consultas diarias a nivel nacional, lo que representa una elevada cantidad de papel e impresiones que se deben emplear a diario.
Así, como un efecto propiciado por los ahorros millonarios obtenidos, el IMSS se ha enfocado en invertir en su infraestructura médica para aumentar su capacidad de atención y ofrecer un servicio puntual y eficaz a los derechohabientes que a diario acuden a un hospital.