De manera anual, los líderes de los 20 países con las principales economías del mundo (G20) se reúnen en una sede distinta para intercambiar puntos de vista acerca de diversos tópicos como seguridad, tecnología y educación y así comprometer a las naciones participantes en una declaración común, con una lista de objetivos concretos y un compromiso efectivo para su cumplimiento a nivel mundial.
Este año, la reunión se acaba de realizar en Argentina y lo más llamativo fue que los Ministros de Salud de los 20 países firmaron un documento en el que proponen medidas para que la sanidad vaya de la mano con el desarrollo sostenible, además de comprometerse a luchar contra la desnutrición infantil.
De igual forma, los funcionarios aceptaron que en la actualidad existe un severo problema de obesidad y sobrepeso en niños y adolescentes, ante lo cual propusieron combatirlos mediante “opciones de alimentación saludable a través de esfuerzos intersectoriales”.
Para tener una idea más clara del problema, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad infantil afectaban en 2016 a 340 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años a nivel global, lo que resulta alarmante por tratarse de uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de múltiples enfermedades.
Otro punto que se tomó fue el incrementar las medidas contra la resistencia antimicrobiana y la preparación de los países para epidemias, pandemias y desastres que se pudieran presentar en cualquier momento.
Finalmente, los líderes mundiales coincidieron en que los principales esfuerzos debe estar encaminados a luchar por alcanzar la universalidad de la salud, meta que todavía luce complicada de alcanzar pero no imposible.