Una de las claves mas importantes del éxito en una organización es un equipo de trabajo motivado y eficiente. Aunque hay muchos factores que influyen en este punto (salario económico y emocional, motivación, compromiso, sentido de trascendencia, etcétera), para tu consultorio es necesario establecer primero un sentido de unidad y equipo entre todos los colaboradores.
Crear equipos en cualquier contexto laboral es una tarea compleja, porque implica compaginar las personalidades de varios individuos y convencerlos que pertenecen a una misma unidad por la que vale la pena coordinar esfuerzos. Si estás teniendo problemas en integrar a tus colaboradores a un equipo fuerte y motivado, asegúrate de haber seguido los siguientes pasos:
Reúne información de tus colaboradores
Para realizar un cambio positivo en un consultorio, necesitas recolectar datos relevantes. Conoce a las personas que trabajan contigo, incluyendo sus habilidades, aficiones, fortalezas y debilidades en el ámbito profesional y personal. Este contexto servirá como la columna vertebral sobre la que construirás tu equipo, así que busca fuentes fiables y actualiza tu conocimiento constantemente.
Escucha sus preocupaciones y observa sus acciones
Prestar atención a tus colaboradores en el día a día te servirá, además de corroborar la información que recolectaste previamente sobre ellos, para hacer cambios y ajustes sobre la marcha. Cada persona puede aportar algo positivo a tu consultorio y cualquier proyecto de negocio que tengas, lo único que debes averiguar es cómo aprovechar al máximo sus talentos.
Crea unidad a través de una estrategia personalizada
La información previa y la interacción con tus colaboradores te ayudará a crear el lugar perfecto para cada persona en tu consultorio en el camino hacia delante. En este punto es fundamental que les hagas entender a cada quien que tiene un papel igual de relevante e indispensable para el triunfo del proyecto; que a su vez busca el bien común de todos los involucrados.
Empodera a las personas
No es suficiente con armar un plan perfecto donde cada uno pueda brillar. Debes supervisar las operaciones del consultorio en el día a día, no con la intención de ser una niñera para tus colaboradores, sino para hacer más claro el camino hacia delante, resolver cualquier conflicto que pueda surgir entre ellos y darles la retroalimentación necesaria para que puedan, llegar a la meta.