Aunque es incierto si se puede detener o revertir el proceso del envejecimiento en seres humanos, hay ejemplos en otros organismos vivos que indican que el creciente deterioro celular no es una característica biológica universal. Con este razonamiento, múltiples especialistas y expertos han dedicado su esfuerzos a encontrar sustancias o tratamientos capaces de lidiar con este fenómeno.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Minnesota y la Mayo Clinic publicaron en la revista EBioMedicine sus descubrimientos sobre la sustancia fisetina. Este producto, que se encuentra naturalmente en ciertas frutas y verduras, parece tener efectos determinantes en la salud, el envejecimiento y la expectativa de vida.
La fisetina probó ser muy efectiva para reducir el número de células dañadas en el cuerpo que el sistema inmune ya no puede destruir por el envejecimiento del sistema. En modelos con ratones, se comprobó que los roedores, incluso ya en edades avanzadas, mejoraban su salud y expectativa de vida cuando se les administraba esta sustancia.
Paul Robbins, autor líder del estudio y miembro del Instituto de Biología del Envejecimiento y Metabolismo, calificó la fisetina como un senoterapéutico. Aunque afirmó que la investigación prueba la efectividad de la sustancia en la salud incluso en las etapas tardías de la vida, apuntó que todavía falta determinar muchas variables antes de usarla como tratamiento, como la dosis correcta que debería administrarse a humanos para obtener resultados significativos.
Robbins destacó que este descubrimiento fue posible gracias al uso de citometría de masas. Con esta técnica de imagen, el equipo de investigación pudo rastrear puntualmente el efecto de la fisetina en las células deterioradas de tejidos específicos. Si logran refinar su conocimiento sobre esta sustancia, los científicos pretenden mejorar las condiciones de envejecimiento de la población y, al mismo tiempo, reducir el índice de osteoporisis y enfermedades cardiovasculares.