Todos los dispositivos, si no tienen una correcta estructura, se exponen a un sobrecalentamiento de sus componentes. Si bien ciertos equipos pueden apagarse automáticamente para prevenir daños mayores, algunos pueden llegar a incendiarse o, incluso, explotar. Algo similar le ha pasado a una serie de rastreadores fitness en Estados Unidos de América (EUA).
La Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de EUA (CPSC, por sus siglas en inglés) recientemente anunció mediante un comunicado que la compañía tecnológica Provata Health ha comenzado el retiro de alrededor de 30 mil rastreadores fitness, después que 13 usuarios reportaran un sobrecalentamiento del dispositivo durante el uso o la carga que, en tres casos, provocó quemaduras a las personas.
Provata habría distribuido estos rastreadores fitness de forma gratuita durante varios eventos promocionales entre agosto del 2017 y julio de este año. Los dispositivos, que incluyen un rastreador de pasos y un monitor de actividad cardiaca, funcionan a través de un Bluetooth y fueron repartidos tanto en persona (principalmente mediante eventos empresariales en Oregon, Arizona y Carolina del Norte) como a través del sistema de correo.
En un comunicado lanzado por la propia compañía tecnológica, Melissa Gilkerson, directora de comunicación corporativa de Provata, comentó que el retiro de los rastreadores responde únicamente a un “exceso de precaución”. Cabe resaltar que la CPSC no forzó a la empresa a emprender estas acciones y que el negocio prometió otorgar dispositivos gratuitos de reemplazo a todos los usuarios afectados.
No es la primera vez que unos rastreadores fitness son retirados del público por mal funcionamiento o efectos adversos en los usuarios. En agosto de 2016, la CPSC emitió un anuncio similar para los dispositivos promocionales Step-It de McDonalds, pues presuntamente causaron irritación en la piel y quemaduras a algunos menores de edad.
Fitbit, uno de los agentes más importantes en la tecnología para la salud, también tuvo que retirar varios rastreadores Force en febrero de 2014 por la aparición de erupciones en la piel en casi dos por ciento de los usuarios del dispositivo. Sin embargo, en octubre de ese año, el CEO de la empresa anunció en una carta que el fenómeno respondía a una dermatitis alérgica y, por tanto, no era culpa directa de los aparatos.