Desde el inicio de su tercera campaña presidencial, Andrés Manuel López Obrador realizó distintas promesas de aquellas plateadas por sus competidores, muchas de las cuales no han estado exentas de críticas, pues muchas de ellas pueden conllevar más problemas que soluciones, esto sin mencionar que el costo de su aplicación resulta mayor a los ahorros que se pueden obtener.
De esta forma, como una manera para buscar un desarrollo integral en todo el país y evitar la actual centrificación, López Obrador propuso trasladar más de un treintena de secretarías de gobierno que actualmente se encuentran en la Ciudad de México a distintas entidades.
Una vez confirmada la victoria del tabasqueño y a poco más de dos meses del inicio de su gobierno, Andrés Manuel reiteró que pese a las críticas recibidas, el proyecto es irrevocable e inevitable e inclusive adelantó que la Secretaría de Cultura será la primera en iniciar su mudanza fuera de la capital del país y trasladarse a Tlaxcala, donde empezará a funcionar a partir del próximo año.
Respecto al resto de las secretarías no hizo mención sobre el momento en el que iniciarán sus cambios de sede, aunque se debe recordar que de acuerdo con lo planeado, ahora el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se mudará a Michoacán, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) a Colima y la Secretaría de Salud (SSa) a Guerrero.
¿Vale la pena el cambio?
A su vez, la mayoría de las críticas sobre esta propuesta radican en los costos exorbitantes que absorberá el gobierno mexicano por las mudanzas porque tan sólo por la construcción y equipamiento de los nuevos edificios se prevé un monto inicial de 125 mil millones de pesos, además de que la calidad de vida de todos los trabajadores también sufrirá un cambio radical.