Es claro que la diabetes se ha convertido en una epidemia gracias al crecimiento exponencial que ha mostrado en las últimas décadas y que afecta a la gran mayoría de las naciones. Desafortunadamente no sólo se trata de un padecimiento capaz de conducir a la muerte de quien la padece, sino que afecta su calidad de vida y representa un factor de riesgo para el desarrollo de otros problemas de salud paralelos.
En este sentido, la diabetes se trata de uno de los principales factores de riesgo para que el paciente sufra un ictus. De tal forma, se han desarrollado diversos tratamientos, siendo uno de los más prometedores el encabezado por científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra (UNa).
En este caso, los especialistas diseñaron una terapia para el tratamiento del ictus en pacientes diabéticos y la cual se basa en el uso de la proteína MMP-10, gracias a lo cual se logrado reducir el daño cerebral en pruebas realizadas con animales de laboratorio, además de que no produce complicaciones hemorrágicas.
Por su parte, el trabajo abre nuevas posibilidades para el tratamiento del ictus, aunque todavía hace falta realizar más investigaciones antes de poder realizar un ensayo con humanos y verificar su efectividad.
Falta de adherencia al tratamiento
A su vez, uno de los eternos obstáculos en la lucha contra el ictus es el abandono de tratamientos médicos de parte de los pacientes, por lo que se estima que uno de cada tres pacientes suspenden el tratamiento que les fue asignado, lo cual limita su efectividad y aumenta las probabilidad de un derrame cerebral.