Los hospitales son espacios pensados para la atención y curación de pacientes, por tal motivo deberían de ser lugares seguros, libres de la transmisión de nuevas enfermedades y bacterias. No obstante, también deben contar con las suficientes medidas de seguridad que le brinden seguridad a los médicos y enfermeras que ahí laboran, por lo cual resulta complicado de creer que alguien colocara un artefacto explosivo dentro de un nosocomio, pero la realidad siempre sorprende.
De acuerdo con el periódico El Clarín, como parte de una revisión de rutina, personal de seguridad del Hospital Paroissien, ubicado en Buenos Aires, encontró una granada en uno de los pasillos de libre acceso a los pacientes, por lo cual de inmediato se notificó a las autoridades locales y se implementó un protocolo de seguridad para situaciones de alto riesgo.
Con el apoyo de personal especializado en explosivos se logró el retiro de la granada, aunque el informe policial especificó las características en que fue encontrada.
La granada se encontraba con una ‘trampa de tracción’ utilizando una tanza que podría haber sido accionada por cualquier persona dentro del hospital, pero al tener colocado el seguro de transporte se impidió que aún quitando el anillo de seguridad se iniciara el sistema de acción y posterior detonación.
De forma concreta, el artefacto identificado se trata de una granada de guerra FMK2, utilizada normalmente por las Fuerzas Armadas. Después de ser descubierta, el personal capacitado la trasladó a un lugar alejado y procedió con su detonación controlada para garantizar no causar daños.
De momento se desconoce cómo fue que el artefacto llegó al hospital, aunque a raíz del suceso se incrementaron las medidas de seguridad.