Lanzado en 2005, Google Maps ha sorprendido por convertirse en una herramienta tecnológica que, gracias a la posibilidad de mostrar imágenes de las principales ciudades de mundo y trazar rutas de transportación efectivas, se encuentra entre las más utilizadas. No obstante, la utilidad de la app podría ir más allá de ayudar a la gente a llegar a su destino e incluso podría desempeñar un importante papel en el combate a la obesidad.
Lo anterior es resultado de un trabajo realizado por el Instituto para Métricas de Salud y Evaluación de la Universidad de Washington (WU), el cual utilizó el método de redes neuronales convolucionales para examinar más de 150 mil imágenes satelitales de entorno urbanos provenientes de Google Maps de Los Ángeles, Memphis, San Antonio y Seattle.
Al reunir las imágenes, los especialistas emplearon un algoritmo de Inteligencia Artificial para diseñar una red neuronal con la información urbana de los sitios analizados como parques, escuelas, negocios de comida, gimnasios y diversos locales comerciales, para finalmente comparar los resultados con el nivel de obesidad de la población local.
El análisis fue capaz de estimar con una elevada precisión el número de personas con obesidad a partir del número de gimnasios y restaurantes de una zona determinada, por lo cual se identificó que existe una relación entre la planificación urbanística y el índice de obesidad.
De esta manera se comprobó que el entorno sí influye para que una persona desarrolle obesidad y mientras los habitantes que tenían una variada oferta de restaurantes cerca de su domicilio eran los que tenían más tendencia a la obesidad, los que contaban con opciones como parques y gimnasios cerca de sus hogares fueron los que mostraron un menor índice de obesidad.