El término Inteligencia Artificial (IA) cada vez se escucha con más frecuencia, siendo una de las herramientas que más facilita las labores en diferentes actividades humanas. A pesar de que en repetidas ocasiones hemos escuchado que la tecnología jamás será capaz de reemplazar a los médicos dada su, más que evidente, falta de empatía y emociones, existe una especialidad en que las cosas podrían suceder de otra manera.
En el caso de la salud mental, durante las últimas décadas se ha observado un incremento preocupante en el número de casos de trastornos mentales. Tan sólo la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que actualmente existen entre 450 y 500 millones de personas a nivel global que presentan un padecimiento de este tipo, pero un problema que se vive es la falta de personal para diagnosticarlos y atenderlos, por lo cual la IA podría ayudar a contrarrestar el problema.
Diagnósticos menos invasivos
Al respecto, mientras en otras áreas sí importa el que exista un contacto directo entre el paciente y el médico, cuando se trata de la salud mental, no es tan necesario para los primeros análisis e inclusive podría ser más recomendable apoyarse en la tecnología para lograr revisiones que no pongan nervioso ni alteren al paciente.
Como muestra de lo anterior se pueden observar diversas aplicaciones móviles que ya se encuentran en el mercado y las cuales ayudan en la estabilidad emocional del paciente, pero ahora se podría llegar más lejos al incorporar la IA para este tipo de casos.
Herramienta de apoyo y no de sustitución
Pero a pesar de lo anterior, el Dr. Arturo Bouzas Riaño, investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que una herramienta como la IA sólo podría funcionar para diagnósticos iniciales, pero para poder profundizar siempre será necesario el trabajo de un especialista humano porque no existen herramientas digitales que puedan entender el lenguaje no verbal, las expresiones, la intensión y las emociones de los pacientes.