Aval científico, rigor metodológico, soporte médico y argumentativo son algunos de los conceptos que, en teoría, deberían dar sustento a muchas de las aplicaciones que existen actualmente en el mercado para la asistencia médica del paciente. Sin embargo, esto no podría estar más alejado de la realidad, al menos, cuando se trata de la atención de las diversas afecciones mentales que existen en el mundo.
90% son “fake apps”
Con esto en mente y de acuerdo con los resultados de la investigación elaborada por el Dr. Stephen Schueller, médico especialista en Medicina Conductual y Preventiva adscrito al Northwestern’s Center for Behavioral Intervention Technologies (NCBIT), uno de los centros de asistencia médica más importantes que existen en el territorio de los Estados Unidos reveló una cifra contundente: sólo 1 de cada 10 aplicaciones diseñadas para la atención de enfermedades mentales tienen un soporte científico que la respalde.
Al respecto, haciendo caso a la información citada por el portal inglés iProfesional, el Dr. Andrés Roussos, director del equipo de investigación en Psicología Clínica de la Universidad de Belgrano (UB), reconoció que este problema es muy delicado dado que, en el afán de hacer un buen uso de las tecnologías de la información, los pacientes e, incluso los médicos, pueden encontrarse con estas fake apps que poco ayudan al tratamiento.
Este fenómeno habla no sólo de la rápida evolución de las tecnologías vinculadas a la salud, sino también de la falta de control sobre ellas. De hecho, se calculan en más de 160 mil las aplicaciones orientadas a la salud y en más de 16 mil las aplicadas al ámbito de la salud mental […] Por eso, se vuelve necesario saber si hay algún tipo de evidencia sobre su eficacia. De lo contrario, las personas que empiezan a usarlas se exponen a una falsa promesa que puede obstaculizar el acceso a un tratamiento real y eficaz para dicho problema.
Salud mental en el espectro internacional
Entre los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cerca de 300 mil pacientes perdieron la vida debido a la complicación de alguna de las diferentes enfermedades mentales que hay en todo el mundo. Por esa razón, es necesario actuar para un adecuado flujo de información para el paciente.
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