Malos hábitos, estrés y pacientes molestos es una combinación que puede perjudicar la relación médico-paciente. Si detectas estos síntomas en tu consultorio no los desestimes y evita que tu consulta se convierta en un verdadero desastre capaz de dañar tu imagen profesional.
A continuación te presentamos seis factores que podrían arruinar la relación con tus pacientes:
Eres un médico bastante estresado
Si te muestras poco amigable o eres indiferente, la gente lo pensará dos veces antes de volver a tu consultorio. Nunca olvides mostrar educación, cordialidad y cortesía, lo que incluye saludar con la mano, llamarlos por su nombre y ofrecer una sonrisa.
Eres un médico mentiroso
Mentir acerca de tus logros profesionales, acreditarte el trabajo de otros, abusar de la confianza de tus pacientes y no hablarles con la verdad, podría convertirte en un médico de dudosa profesionalidad.
Tu imagen deja mucho que desear
La mayoría de las personas espera que su médico luzca como un verdadero profesional de la salud, pues finalmente, pondrán su bienestar en sus manos. Si te vistes desaliñado o tu bata se encuentra percudida seguramente afectará tu imagen y la de tu consultorio.
No llamas a tus pacientes por su nombre
No es “el señor que tiene hepatitis”. Tus pacientes tienen un nombre y a ellos les gusta que te dirijas a ellos de esa manera. Hacer lo contrario hará que la gente piense que no son importantes para ti.
Eres un médico distraído
Ser un médico que olvida los nombres de sus pacientes o que no recuerda el día y la hora de la siguiente consulta te volverá en alguien en que los pacientes no pueden confiar.
No hablas con claridad
Explicar algunas enfermedades o procedimientos con tecnicismos médicos sólo hará que exista una barrera de comunicación entre el paciente y tú. No caigas en este error y explica cuál es la situación de tus pacientes de la manera más clara posible.