Todos tenemos malos hábitos de trabajo que parece que no podemos dejar. Sin embargo, a veces, simplemente los aceptamos como una parte inevitable de la vida porque parece que es imposible deshacerse de ellos. Otras veces, queremos hacer un cambio, pero nada parece funcionar. O, tal vez, ni siquiera nos damos cuenta de que hay un problema.
Estos son algunos de los hábitos laborales más molestos en el sector médico que podrían estar frenando nuestras posibles soluciones.
Si alguno de estos te suena familiar, siéntate y reflexiona sobre tu día de trabajo y piensa cómo podrías hacer un cambio para mejorar.
Saltarse las comidas:
Los profesionales de la salud se quedan atrapados en el trabajo y simplemente se olvidan de comer o no hacen tiempo. Es posible que haya pacientes esperando por ti o un montón de papeleo para revisar. Pero aún así es importante dedicar algo de tiempo a la comida siempre que puedas.
Puedes empacar comidas pequeñas o refrigerios saludables con anticipación en una bolsa para el almuerzo o en una hielera. Mantén la comida al alcance para un fácil acceso y como recordatorio visual. Además, asegúrate de tener suficiente tiempo antes de tu turno para tener una comida saludable y satisfactoria.
Procrastinar, luego apresurarse
La dilación no ayuda a nadie, especialmente a ti. Cuando esperas hasta el último minuto, afecta tu rendimiento y puede aumentar tus niveles de estrés. Reduce la procrastinación priorizando tus tareas y estableciendo plazos estrictos.
Resistir el cambio
Puede parecer un cliché, pero el cambio de los malos hábitos es una parte natural de la vida. Es posible que no te sientas cómodo con los cambios en tu rutina de trabajo o responsabilidades laborales, pero van a suceder sin importar cómo te sientas.
Entonces, ¿por qué no aceptar estos cambios en lugar de luchar contra ellos? En lugar de decir: “Pero siempre lo hemos hecho de esta manera”, manténte abierto a nuevas ideas y nuevas formas de hacer las cosas. Nunca se sabe; es posible que, a la larga, descubras que realmente te gustan estos cambios.
Cotilleo
Cotillear puede ser inofensivo y puede animar una jornada laboral aburrida. Pero también puede crear un entorno laboral negativo. Trata de mantener los chismes al mínimo y reconoce cuando has cruzado una línea. Si te entrometes en los asuntos privados de tus compañeros de trabajo o los haces sentir incómodos, puede ser el momento de dar un paso atrás y considerar si has ido demasiado lejos.
Tomar las cosas de manera demasiado personal
A veces, la crítica puede verse como un ataque personal. En lugar de ofenderse de inmediato, considera si tu compañero de trabajo te está tratando de ayudar o si te está ofreciendo algún consejo sólido. Puede ser difícil interpretar el tono de alguien cuando habla por correo electrónico o chat en línea, así que ten en cuenta que puede haberlo dicho de una manera diferente a la que tú lo leíste.
Anteponer tu vida personal al trabajo
Si lo primero que haces cuando llegas al trabajo es iniciar sesión en tu cuenta personal de Facebook / Instagram / Twitter / Pinterest u otra cuenta de redes sociales, es posible que tengas un problema.
Entendemos que la vida pasa. Habrá ocasiones en las que necesitarás atender esa llamada personal, o habrá ocasiones en las que una emergencia familiar requiera que salgas temprano del trabajo. Eso es perfectamente comprensible. Pero cuando tu vida personal o la adicción a las redes sociales interfieren constantemente con tu trabajo diario, es hora de hacer un cambio.
Estar desorganizado
Algunos papeles dispersos y un par de notas adhesivas nunca hacen daño a nadie, pero hay una delgada línea entre el desorden y el caos total. Un lugar de trabajo desordenado puede dañar tu productividad y hacer que te sientas desenfocado. Si tienes dificultades para encontrar un bolígrafo o una ficha médica, puede que sea el momento de ordenarlo. Será mucho más fácil encontrar todo y terminar las tareas rápidamente cuando tu espacio de trabajo esté organizado.
Aislarse
Sí, puedes ser más productivo cuando evitas hablar con los demás, pero aislarse puede tener algunas consecuencias negativas. En lugar de ignorar a tus compañeros de trabajo, salúdalos con una sonrisa y una disposición amistosa. Un bonito gesto, un “¿Cómo estás?” o un cumplido puede transformar un mal día en uno bueno.
RECUERDA:
Puede que no te des cuenta, pero estos malos hábitos laborales están perjudicando tu desempeño laboral y tus posibilidades de avanzar. Elimina cualquier problema laboral manteniéndote al tanto de ellos y luego tomando medidas para vencerlos. Mantén una actitud positiva y recuerda que puedes cambiar tus comportamientos.
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