El paciente suele juzgar la competencia de su médico tomando como referencia su habilidad para el trato (empatía y comprensión), conocimientos terapéuticos y conocimientos técnicos, todo enmarcado en sus propias referencias del padecimiento que lo aqueja (generalmente adquiridas en Internet). Por tanto, la figura paternalista que inspiraba este profesional de la salud se disuelve con rapidez y se crea la necesidad de un médico con habilidad profesional y dominio de recursos digitales para tratar a los pacientes de forma inmediata sin importar obstáculos como la distancia.
Ante este panorama, el médico 2.0 debe concentrarse en los siguientes aspectos:
1. Olvidarse de la idea de tratar verticalmente al paciente, ya que éste tiende a estar más informado y participar en las decisiones de su tratamiento.
2. Cuidar su comunicación. Conviene usar expresiones condicionales y evitar argumentos que hagan pensar que el médico se cree dueño de la verdad absoluta; por el contrario, debe dar consejos, siempre con actitud positiva.
3. Educar al paciente. A fin de que conozca sus alcances y limitaciones dentro de la relación médico-paciente.
4. Mostrar tendencia a complementar la consulta médica tradicional con recursos digitales para el cuidado de la salud, como recomendar las mejores apps o blogs.
5. Tener presencia en Internet. Para generar fama, educar al paciente y ser más accesible.
6. Proporcionar información de calidad en la web, a fin de convertirse en fuente de referencia.
7. Interactuar digitalmente con los pacientes, para mejorar la comunicación, educar, o bien, dar seguimiento a su caso.
8. Implementar recursos digitales que permitan tener consultas a distancia y llevar control de progresos.
Tener excelente comunicación con el paciente es clave para lograr una relación profesional exitosa, y ya que cada vez existen más personas interesadas en informarse sobre el cuidado de su salud, los médicos deben estar mejor preparados y hacer uso de la tecnología para atender sus inquietudes.