Todo médico sabe que cuando los pacientes están felices, es más probable proyectar una impresión duradera en ellos. Y por lo tanto, hacer que se conviertan en tus defensores más leales.
¿Porqué es importante?
Hacer felices a tus pacientes es importante no solo porque afecta la retención del paciente y los resultados clínicos. Sino porque también necesitan apoyo emocional y atención en cada etapa del tratamiento.
La clave esta en la primera impresión
Los estudios demuestran que es más probable que las personas, incluidos los pacientes, recuerden el comienzo y el final de un encuentro. Esto se denomina “efecto de posicionamiento en serie”. Y lo puedes usar a tu favor, ya que según varios expertos una impresión duradera se forma en los primeros segundos del encuentro médico.
Además de brindar servicios de calidad a tus pacientes, estos son algunos de los consejos más útiles a través de los cuales puedes dejar una impresión duradera en ellos.
CONSEJOS
1. Relájate. Respira profundamente antes de entrar en la situación para despejar tu mente y estar listo para concentrarte en el paciente. Repítete a ti mismo que harás que el paciente se sienta mejor con respecto a la situación en la que se encuentra.
2. Controla tu respiración. Por más obvio que sea, el mal aliento puede desconectar a las personas y establecer una barrera para la comunicación. Siempre pon especial atención en tu salud bucal.
3. Ten un enfoque físico seguro. Muévete con un propósito; parece que quieres llegar a donde vas. Párate derecho con un paso seguro al acercarte a la habitación. Empieza a mirar caras para evaluar la situación y usa un tono de voz claro y positivo al hablar.
4. Míralos a los ojos. Centrarse en el paciente. Te ayuda a evaluar sus emociones. También te permitirá detectar cambios sutiles en la emoción, los niveles de dolor y la angustia.
5. Haz una presentación inmediata. Asegúrete de presentarte; explica quién eres y por qué estás allí. Evita el uso de clichés como “amigo” u apodos raros al
hablar con el paciente. Pregúntele si está bien llamarlo por su nombre de pila. Reconoce a los miembros de la familia también. Pueden tener información valiosa sobre el historial médico pasado y presente del paciente que puede ayudarte.
6. Sonríe. Una sonrisa cálida relaja a la otra persona. Sonreír y mantener un buen contacto visual inmediatamente después de acercarse al paciente demuestra una sincera disposición a ayudar. También transmite que es accesible y puedes alentar al paciente a hablar con usted.
Los estudios demuestran que incluso obligarse a sonreír puede tener efectos fisiológicos positivos y ayudarlo con tus propios niveles de estrés.
7. Utilice el toque apropiado. Los pacientes suelen estar ansiosos, angustiados y con dolor. Necesitan saber que reconoces su ansiedad. Un toque suave transmite que eres sensible y comprendes su preocupación.
8. Participa en una pequeña charla. Los gestos y las preguntas no médicos pueden ayudar a aliviar la ansiedad del paciente. Hacer comentarios positivos sobre los miembros de la familia del paciente, el perro o el gato, u otras cosas que observe en la habitación demuestra que tiene interés en el paciente y puede ayudarlo a dejar de pensar en su angustia.
RECUERDA: Cuando controlas el estrés de tu paciente, es más fácil evaluarlo y tratarlo.
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