Cada día es una aventura nueva en tu consultorio medico o en tus citas a distancia. En cada una te enfrentas a personalidades diversas que hacen que cada paciente se único e irrepetible.
Conocer la personalidad de cada uno te permite guiar tu consulta a través de técnicas distintas, pero siempre con el objetivo de atender a tus pacientes de la mejor manera. ¿Cuáles son las personalidades con las que con mayor frecuencia te enfrentarás y la mejor manera de tratar con ellas?
El que lo sabe todo
Es el tipo de paciente que cree llegar totalmente informado a tu consulta y pensando que tiene las respuestas y soluciones a sus malestares. La mejor manera de tratar a este tipo de paciente es escuchando sus comentarios con atención. Una vez que ha terminado de exponer sus puntos de vista y la información que trae consigo, es momento de poner ciertos límites y decirle que si decide ponerse en tus manos serás tú el que conduzca las riendas del tratamiento en tu carácter de experto.
El indiferente
Es aquel paciente que llega con dudas a tu consultorio, a menudo en contra de su voluntad. Su característica principal es que no hace preguntas y no muestra interés ante lo que le estás diciendo. Debes saber captar su atención para que su forma de actuar cambie. Una buena idea es comenzar a hacer preguntas que lo lleven a reflexionar en torno a sí mismo y su enfermedad. Estas preguntas irán haciendo que baje la guardia y que sea más receptivo a la ayuda que le puedes brindar.
El impaciente
Este tipo de personalidades muestran una angustia y una necesidad muy grandes de que su enfermedad se cure con rapidez. A menudo son ansiosos, hacen preguntas con demasiada frecuencia y es probable que incluso te busquen fuera de la consulta. Para este tipo de personas conviene ser muy claros con las etapas de la enfermedad y del tiempo de curación para que sepan que todo lleva su tiempo. Conserva la calma y simplemente déjate guiar por tu experiencia.
El demandante
Es un tipo de paciente que busca que tu atención esté localizada casi en exclusiva en su tratamiento. Pide atención total y tal vez demuestre molestia si le mencionas que tiene otros compromisos con más pacientes. Debes dejar tu postura bien clara con estas personas para que se den cuenta que el mundo no gira alrededor suyo. Escucha a estas personas, y poco a poco ve dejando en claro que además de su caso tienes más que atender. Actúa con firmeza, sin caer en la descortesía.
El desconfiado
Siempre habrá en tu consulta alguien que desconfía de cualquier método o solución que se le ponga enfrente. Este tipo de pacientes requiere un trato especial con el que vaya sintiendo que es tomado en cuenta y que sus dudas son atendidas. El humor es un factor que funciona bastante bien con ellos. Escúchalos detenidamente y pon ejemplos de casos anteriores en los cuales hayas tenido éxito. Esto irá relajándolo y haciendo que su confianza en ti sea total.
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