Como es del conocimiento de todo profesional médico, la cirrosis hepática se conoce como la cicatrización o fibrosis del hígado causada por diferentes tipos de problemas relacionados con el hígado, como la hepatitis y el alcoholismo crónico. El tejido cicatrizado reemplaza gradualmente al tejido sano en el hígado, lo que eventualmente lo hace menos efectivo.
¿Quién está en riesgo?
La cirrosis hepática es una afección de salud secundaria que a menudo se desarrolla debido a otro problema o enfermedad hepática. Si no trata la afección del hígado en sus pacientes como se debe empeorará y con el tiempo se convertirá en cirrosis.
A continuación, se incluyen algunas afecciones que pueden poner en riesgo a tus pacientes de desarrollar cirrosis hepática, y de los cuáles, debes alertar.
- Abuso de alcohol durante años
- Hepatitis viral
- Diabetes incontrolada
- Obesidad
- Inyectarse drogas con agujas compartidas
- Historia de enfermedad hepática
- Sexo sin protección
LO QUE NECESITAN SABER TUS PACIENTES PARA PREVENIRLO
Para frenar el crecimiento de células no saludables, los pacientes deben conocer los síntomas. Esto les ayudará a tomar el tratamiento adecuado en el momento adecuado. La cirrosis no muestra signos hasta que el daño hepático es extenso.
Estos son los signos y síntomas que pueden experimentar:
Sangrado o hematomas fácilmente
Nuestro hígado produce una proteína con la ayuda de la vitamina K que es necesaria para la coagulación de la sangre. Además, el órgano también ayuda a descomponer las células sanguíneas viejas o dañadas. Cuando el hígado se lesiona, no produce suficientes proteínas, ya que es fácil que se lastime.
Decoloración amarilla en la piel y los ojos (ictericia)
La ictericia es una afección en la que la piel y la esclerótica se vuelven amarillas. La piel adquiere este color debido a un alto nivel de bilirrubina, un pigmento biliar amarillo anaranjado secretado por el hígado. Cuando el hígado está magullado, no puede regular la cantidad de bilis en el cuerpo, lo que conduce a esta condición de salud.
Hinchazón de piernas, pies o tobillos (edema)
La hinchazón de piernas y brazos también se debe a la disminución de la producción de una proteína llamada albúmina. Esta proteína evita que la sangre se filtre de los vasos sanguíneos a los tejidos circundantes. Cuando hay menos proteínas, los fluidos comienzan a acumularse en los vasos sanguíneos.
Acumulación de líquido en su abdomen (ascitis)
En la enfermedad hepática crónica, el líquido puede acumularse en el abdomen y causar distensión abdominal. Esto puede hacer que el abdomen del afectado se vea tenso e hinchado. Debido al mal funcionamiento del hígado, el líquido comienza a llenar el espacio entre el revestimiento abdominal y los órganos.
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