Si estás estudiando Medicina o ya eres todo un profesional de la salud, además de muchos libros y enciclopedias médicas, una buena forma de aprender sobre el sector es viendo películas. ¿Quieres aprender sobre esta disciplina a través del cine? A continuación te vamos a mostrar algunas de las películas esenciales protagonizadas por médicos y que tendrías que ver alguna vez durante tu carrera como profesional de la salud.
Despertares
Esta es la historia real de un médico llamado Malcom Sayer (interpretado por Robin Williams) que intenta reanimar a las víctimas de una epidemia de encefalitis que inmovilizó a miles de personas en los años 20. Por otra parte, Robert De Niro interpreta a Leonard Lowe, un paciente del Dr. Sayer que, a causa de la enfermedad, ha estado durante casi 30 años sin poder moverse e incapaz de comunicarse.
Manos milagrosas
Cuba Gooding Jr. interpreta a Ben Carson, un renombrado cirujano que superó obstáculos para cambiar el curso de la Medicina para siempre. De joven, él no tenía muchas oportunidades y creció en un hogar pobre. Eso sí, su madre nunca perdió la fe en él y le ayudó a creer en su imaginación, inteligencia y en él mismo.
Las confesiones del doctor Sachs
El doctor Sachs es el médico de una pequeña población. A su consulta llegan todo tipo de personajes y Sachs los escucha atentamente, convirtiéndose así en una especie de confesor, implicándose en su vida, en sus problemas y acaba participando en los sufrimientos de los pacientes. Tiene un diario personal en el que reflexiona sobre su trabajo, sus sentimientos y sobre los habitantes.
El Médico
Se trata de la adaptación de la novela histórica de Noah Gordon, que se convirtió en todo un best-seller en 1986. Está ambientada en Inglaterra, en el siglo XI y narra la historia de Rob Cole (Tom Payne), un joven que se queda huérfano al morir su madre víctima de una extraña enfermedad. Esta circunstancia lo animará a irse a Persia a estudiar Medicina bajo la tutela del sabio doctor Sina.
Un método peligroso
En esta cinta, el psiquiatra suizo Carl Jung, experimentando con un método nuevo y audaz de tratar enfermedades mentales, se dedica de forma ardua a una paciente de un manicomio llamada Sabina, en una serie de sesiones enfocadas al nuevo tratamiento. Es una cura por medio del uso de la palabra, que mueve a Jung a invitar al hombre que lo inspiró, Sigmun Freud a visitar a su paciente lo cual pronto origina un triángulo de complejidades psicológicas y tentaciones sexuales.
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