En los últimos años se ha descubierto que los niños son quisquillosos con la comida por razones genéticas, especialmente si se trata de probar cosas nuevas. Si entre tus pacientes cuentas con niños que se rehusan a consumir ciertos alimentos, la psicóloga Clare Llewellyn del University College London (UCL), propone 5 estrategias que puedes discutir con sus padres a fin de asegurar la correcta nutrición de tus pacientes.
Prueba 20 veces
Si el infante rechaza alguna comida específica o se niega a probar algo, intenta ofrecerle una cantidad muy pequeña de esa comida por 20 días seguidos.
Algunas investigaciones han demostrado que al hacer esto se reduce el “factor miedo” y aumenta la familiaridad del alimento, haciendo que sea mucho más probable que el niño lo pruebe.
Mitad y mitad
Muchos padres saben que los niños imitan su comportamiento, por tal motivo es necesario que ellos coman sano si pretenden que sus niños hagan lo mismo.
La mejor manera de lograr que los niños coman algo en particular es comerlo a la par suya y frente a ellos“, aconseja la doctora Llewellyn.
Por ejemplo, puedes tomar un trozo de comida, cortarlo al medio, comerte la mitad y mencionar lo rico que te parece.
¡No presiones!
Cuando te pasaste 20 minutos tratando de convencer a un menor testarudo de que pruebe un bocado de algo es entendible que caigas en las amenazas. “Si no comes tu brócoli no irás a jugar“, es una típica. O “si no terminas tus zanahorias mamá estará muy molesta”.
Incentiva
Los especialistas aconsejan que dejes de lado el palo y adoptes la estrategia de la zanahoria. Se sabe que a los niños pequeños les encanta que los elogien. Los estudios también muestran que están dispuestos a hacer muchas cosas a cambio de una recompensa.
Nunca premies con postres
Pero aunque las recompensas sirven, nunca se debe usar el postre como incentivo. ¿Quién no le ha dicho alguna vez a un niño: “Si comes tus verduras podrás comer helado de postre?”.