La formación y adquisición de nuevos conocimientos médicos es una de las piedras angulares que todo profesional de la salud debería recordar de por vida.
La actualización de estos conocimientos permite que el médico esté al corriente del progreso de la medicina y de la atención clínica para ofrecer un servicio de mejor calidad a los pacientes.
Sin embargo, las carencias profesionales de un médico que no se actualiza pueden ser tan visibles que hasta un paciente podría darse cuenta de esta falta de responsabilidad. Por tal motivo, te presentamos cuatro formas con las cuales una persona puede descubrir que su médico carece de una correcta actualización médica.
Omites responder las dudas de tus pacientes
- Que tu paciente pueda hablar contigo durante la consulta médica y debatir opciones de tratamiento, es parte del proceso de la relación médico-paciente. Si no tienes tiempo para responder a las preguntas de tus pacientes o tratas de evitarlas, es una señal inequívoca de que no dominas el tema de salud que aqueja a la persona que te visita.
Limitas las opciones de tratamiento
- El tratamiento que tú sugieres tiene como finalidad llegar a un buen resultado, pero también es cierto que tus pacientes tienen la libertad de decidir y de hablar sobre otras alternativas. Se trata de un principio de autonomía que todo médico debería respetar, por lo cual, es indispensable ofrecer otras vías de tratamiento y explicar los pros y los contras de cada opción. Si no eres capaz de hacerlo, podría ser otro signo de falta de actualización.
No eres capaz de comunicarte
- Un médico responsable que sabe comunicarse con sus pacientes sabe que no es dueño de la verdad absoluta. En pocas palabras, la mejor decisión para ti, no tiene porque ser la mejor para tu paciente. Un médico incapaz de comunicarse con las personas no ha desarrollado un sentido humanista y no ha aprendido que su paciente no es un número más en su lista de espera.
No aceptas opiniones ni decisiones compartidas
- Una sana comunicación con tus pacientes requiere de una buena gestión de la información y talento para negociar. Llegar a un acuerdo con tus pacientes lo que es mejor para ellos es un buen hábito que todo médico debe tener.