El médico emprendedor ha de convertirse en líder de equipo y, más allá de eso, en coach de sus colaboradores a fin de fomentar su aprendizaje y desarrollo en beneficio del individuo y, claro, de la empresa de servicios de salud.
Para que el galeno ayude a las personas a crecer y obtener los mejores resultados en su trabajo tiene que adoptar estos hábitos:
Apoyar a su gente
- Para ser un verdadero coach, lo ideal es que el médico emprendedor se interese genuinamente por facilitar el desempeño de su equipo de trabajo en lugar de esperar que éste lo apoye a él.
Dedicar tiempo suficiente a sus colaboradores
- Hacerlo es necesario para facilitar el desempeño de los colaboradores y generar un ambiente de respeto, de modo que con esta clase de acciones será posible identificar las fortalezas, debilidades, oportunidades y aptitudes de las personas.
Dejar de ordenar
- A diferencia del jefe, que es un individuo acostumbrado a dar órdenes, el coach es capaz de asumir un rol más receptivo en la comunicación. Un error muy común de los médicos jefes es decir a sus colaboradores qué hacer y cómo, asumiendo que entendieron cada una de sus palabras, no obstante, el coach se asegura de que las personas comprendan lo que se les dijo y se comprometan con las acciones que van a efectuar.
Dar seguimiento a las acciones establecidas
- Esto implica pedir cuenta a los colaboradores cuando sean omisos en sus responsabilidades, pero con tacto para incentivar a las persona a hacer lo que se les indicó en lugar de presionarlas o agredirlas.
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