Aunque la opción de emprender un negocio propio se antoja la solución perfecta a los problemas económicos y profesionales, lo cierto es que puede representar más problemas que beneficios cuando se tienen creencias erróneas sobre esta posibilidad.
Por ello, en esta ocasión hemos querido que el médico emprendedor conozca algunas verdades del mundo del emprendedurismo para evitar sinsabores y, claro, algunos fracasos económicos:
Verdad 1: la estabilidad en la empresa de servicios de salud es un lujo que dura poco
Si el médico piensa establecer su propia empresa de servicios del a salud porque cree que esto le garantizará estabilidad, hay que dejar en claro que esto dista mucho de la realidad, pues un emprendedor siempre se enfrentará con altas y bajas, de modo que solamente aquel galeno que esté dispuesto a enfrentar la inestabilidad del campo de la salud debería arriesgarse a abrir su propio consultorio, clínica u hospital.
Verdad 2: los pacientes no buscan lo que tú amas
Resulta natural que el médico emprendedor sea el primero en alabar su propio servicio, pero esto no quiere decir que sus pacientes estén obligados a compartir su opinión, de modo que, aunque esté convencido de que está “haciendo bien las cosas”, tendrá que replantearse su idea de negocio en caso de que los resultados no sean favorables, ya que, hay que recordar, la línea que separa la perseverancia de la necedad es realmente delgada.
Verdad 3: sólo a ti podría avergonzarte buscar a un mentor
A veces hace falta que nos lo repitan, así que aquí lo haremos, recuerda: “nadie nace con el conocimiento de las cosas”, así que antes de privarte de un mentor que pueda ayudarte a ordenar los objetivos de tu empresa de servicios de salud, considera que pedir apoyo no es motivo de vergüenza, mientras que conseguir un coach puede resultar clave para ayudarte a redondear tu idea de negocio.
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