La práctica de la buena comunicación con los pacientes, está ampliamente subestimada. Pues la medicina es una profesión social en la que necesitas tener habilidades interpersonales.

Sobre la satisfacción médica

Todos, en cualquier profesión, pueden aprender a mejorar sus habilidades y estar constantemente en un viaje para mejorarlas. Esto no es solo importante para tener éxito en la carrera de uno. En realidad, también es para la satisfacción intrínseca de cualquier profesional.

En ese sentido, aquí hay 3 razones por las que tus pacientes pudieron haber llegado a estimarte:

Escuchaste

Esto es algo tan simple, pero cualquier médico debe escuchar más de lo que habla. Los estudios muestran que los médicos interrumpen a sus pacientes solo unos segundos después de que hablan. El tiempo es limitado y los médicos deben concentrarse, pero es un arte ser un oyente tranquilo en cualquier circunstancia.

Recuerda siempre: si hablar es plata, escuchar es oro. Especialmente para los médicos.

2. Tu comportamiento y lenguaje corporal irradiaban compasión.

Un paciente generalmente busca la ayuda de un médico en un momento bajo de su vida. Eso es fácil de olvidar para un médico durante un día típico ajetreado y agitado. Antes de ingresar a una habitación e interactuar con cualquier paciente, todo médico debe tomar de 2 a 3 respiraciones profundas, reiniciar y decirse lo siguiente: 1. Es un privilegio ser médico; 2. el paciente necesita mi ayuda; 3. Puedo exhibir una actitud solidaria y realmente marcar una diferencia positiva en el día de este paciente.

3. Te acuerdas de las pequeñas cosas

Los maestros comunicadores recuerdan los pequeños detalles y dejan una impresión duradera en las personas con las que interactúan. Los médicos que son excelentes comunicadores recordarán algo que dijo su paciente sobre su hijo, un padre enfermo o el lugar al que se fueron de vacaciones, y preguntarán al respecto. Esto puede llevar 10 segundos y es muy recordado y apreciado. Es el mismo rasgo que tendrá cualquiera que sea un conversador exitoso y seguro: un interés genuino en la otra persona.

RECUERDA

No hace falta decir que tener una base de conocimientos sólida y ser clínicamente sólido son la parte más fundamental de ser un buen médico. Pero eso no es lo que los pacientes y las familias suelen apreciar más, a menos que estemos hablando de un tipo de cirugía especializada que solo un puñado de médicos puede realizar. Esto tampoco significa que la medicina sea un concurso de popularidad, no lo es.

Trabajar para ser un gran comunicador y comprender lo que otros seres humanos quieren y a lo que responden es algo que todo médico debería estar haciendo siempre.

​​3 cosas que JAMÁS debes hacer con tus pacientes

Según Medigraphic, la comunicación no sólo debe servir para obtener información que el médico necesita en el cumplimiento de sus funciones. Debe emplearse también para que el paciente se sienta escuchado. Para comprender enteramente el significado de su enfermedad y para que se sienta copartícipe de su atención.

Sin embargo, así como hay cosas que mejoran la comunicación hay cosas que la empeoran y que pueden hacer que tus pacientes te ODIEN:

Mirar la computadora mientras hablas. Esto es muy molesto para el paciente, que no quiere nada más que una buena conversación personal a la antigua con su médico de confianza. Da la impresión de que el médico está distraído. Idealmente, revisa la información sobre el paciente brevemente antes de entrar a la habitación o de que entre al consultorio, de modo que no te encuentres con ellos completamente “a ciegas”.

Hacer evidente que tienes prisa. Probablemente tengas prisa como médico, es la naturaleza del trabajo. Pero trata de evitar cualquier señal del lenguaje corporal, como ponerse de pie o señalar hacia la puerta o algo que pueda delatarte.

Hacer que cada problema parezca trivial. Si un paciente te dice algo que realmente le molesta, no lo pases por alto. Ten cuidado de ignorar por completo ese “dedo doloroso”. Abórdalo, aunque sea brevemente, y asegúrate de que lo ayudarás a solucionarlo aunque no sea el principal problema médico agudo.

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