Los niños son los más expuestos a los vejámenes de los adultos. Es así, como el maltrato infantil se convierte en un problema de salud pública, que cobija tanto al individuo, la familia y la sociedad. Sobre todo, porque existen muchas formas de maltrato; fisco, sexual, psicológico, por negligencia, prenatal y por poder; que originan un daño real o potencial para el infante. Llevando a deteriorar la salud física y mental, el desarrollo personal y la capacidad de supervivencia.

De hecho, para los médicos, profesores, terapeutas y el personal del gobierno encargado del bienestar infantil, se hace difícil identificar entre lesiones con intención o sin ellas. Ya que, los padres y cuidadores; en su papel de abusador; se escudan en los accidentes caseros propios de la edad, para ocultar traumas provocados. Además, la historia clínica de estos pequeños es inexacta y engañosa; lo que dificulta la atención y el reconocimiento inmediato de una agresión.

El maltrato infantil vulnera los derechos de los niños

En realidad, cualquier tipo de agresión; tanto física como emocional; violenta el derecho a la vida. Además, de poner en riesgo otros factores como la protección, la salud, la integridad física, la libertad de expresión y sobre todo el cuidado y el amor. Sin embargo, estas conductas llevan a cuestas factores; que incluyen la psicopatología del abusador y muchas veces carencias económicas y afectivas; sin solucionar.₁

Es así, como el maltrato infantil, genera trastornos emocionales, conductuales y psicosociales, que dependen en gran medida de la continuidad de la agresión. Pero, también de las características del niño, la relación con el agresor y la posibilidad de acceder a un servicio de ayuda psicológica o médica.

De esta manera, se presentan repercusiones negativas en la percepción de sí mismo, las habilidades y la autoestima. Por tanto, pueden aparecer alteraciones del sueño, pérdida del control de esfínteres y alteraciones psicosomáticas. A la vez que los adolescentes pueden presentar trastorno disociativo de la identidad e inclinarse por el consumo de drogas, alcohol y tabaco.₂

Lesiones que marcan la vida del adulto

Aunque, muchas veces los niños superan esta etapa al paso que crecen, casi siempre deja secuelas que marca el comportamiento en la vida adulta. Por eso es importante, detectar los casos en etapas tempranas y buscar ayuda. De tal forma que por medio de la resiliencia y las ayudas terapéuticas se logre un óptimo desarrollo personal y mejore la calidad de vida.

1. Podemos ver que entre las lesiones físicas más frecuentes encontramos signos cutáneos; hematomas, quemaduras y fisuras; provocados por golpes, objetos corto punzantes, cigarrillos y cuerdas. Lo que puede llegar a provocar muerte prematura, discapacidades físicas y retardo en el aprendizaje.₃ Además de generar problemas cardiacos y trastornos del sistema inmune
2. De manera similar, aparecen las contusiones musculo esqueléticas, al aplicar fuerza a las extremidades del niño. Afortunadamente las lesiones del hueso inmaduro, si son tratadas, se curan rápidamente. Pero, las lesiones más graves se dan en el cráneo y en las costillas, como consecuencia de un impacto directo contra una superficie solida o un objeto.₃
3. Asimismo, encontramos los traumas del sistema nervioso central, como consecuencia de una fuerte sacudida o golpe. De ahí, que la hemorragia epidural, subdural y subaracnoidea, se conviertan en síntomas de alta gravedad. Especialmente porque pueden causar lesiones medulares que afectan la función motora y las capacidades de aprendizaje.₃

Como vemos, el maltrato infantil amenaza la integridad del niño. Pero, además limita el crecimiento y el desarrollo. Es así, como un niño en condición de abuso, discriminación y descuido, probablemente llegara a ser un adulto con un alto grado de desadaptación, inconformidad. Además, de estar lleno de problemas conductuales y psicológicos. Por eso debemos decirle NO al maltrato infantil.

Referencias:

1. Fernández Couse Gladys, Perea Corral Jesús. Síndrome del maltrato infantil. Rev. Cubana Pediatr [Internet]. 2004 sep. [citado 2021 mayo 20]; 76(3). Disponible en:

http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75312004000300009&lng=es.

2. Tovar Domínguez, Aida Gisell, Almeraya Quintero, Silvia Xochilt, Guajardo Hernández, Lenin Gerardo, Borja Bravo, Mercedes. El maltrato infantil desde la voz de la niñez. Revista mexicana de ciencias agrícolas [internet] 2016 [ consultado 20 mayo 2021]; 7(1), 195-207. Disponible de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-09342016000100195&lng=es&tlng=es.
3. Arturo Loredo Abdalá, Abigail Casas Muñoz, Daniella Alejandra Monroy Llaguno. Maltrato infantil: características clínicas usuales. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM. [internet] 2014 [ consultado 20 mayo 2021]:57(1): 15-23. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/pdf/facmed/v57n1/v57n1a3.pdf.