Si algo tiene claro el médico emprendedor es que hay que cultiva varias habilidades para garantizar el éxito de su establecimiento de salud, ya que no sólo deberá atender pacientes, también desempeñar labores administrativas y fomentar una buena sinergia con su equipo de trabajo, sin embargo, lo realmente difícil es detectar las carencias y virtudes que pueden llévalo a afectar cada uno de estos aspectos, pues tanto sus pensamientos como hábitos permean sus decisiones y acciones.
Para que el médico emprendedor se sabotee, sólo tiene que hacer lo siguiente:
1. Sacar conclusiones apresuradas
El médico suele tener mente abierta cuando trata de hacer un diagnóstico, pues necesita considerar cada una de las variables involucradas. Del mismo modo, al intentar resolver asuntos relacionados con el desempeño del consultorio tendrá que evaluar todos los elementos relacionados, pues casarse con una sola idea o asumir como cierta una situación sin tener evidencias suficientes garantizará cometer muchos errores, por ejemplo, asumir que el desempeño de los colaborados es deficiente porque la gente es simplemente perezosa, cuando lo que en realidad puede suceder es que haya factores personales y administrativos involucrados, como falta de tareas y metas bien definidas y necesidad de estímulos efectivos.
2. Concentrarse en detalles o generalizar
Considerar un solo caso como regla general, o bien, enfocarse en pequeñeces y descuidar el contexto, son las dos caras de un mismo problema: escaza capacidad de análisis, por ejemplo, concentrarse en que los colaboradores resuelvan cada detalle o inconveniente como uno lo haría, pues con eso se invierte tiempo “extra” en tareas innecesarias, ya que hay que reconocer que hay distintas soluciones para un mismo problema.
3. Radicalizar
Si bien es cierto que el médico emprendedor tiende a arriesgarse para obtener el éxito, la realidad es que tener una mentalidad en “blanco y negro”, que no acepta alternativas, trunca la capacidad de aprender y, por tanto, de crecer.
Es común que la gente no se percate de los comportamientos que perjudican su desempeño e interacción con sus compañeros de trabajo, por ello, conviene al médico emprendedor hacer una pausa y cuestionarse cuáles hábitos podrían ser dañinos, a fin de combatirlos y evitar el fracaso de su establecimiento de salud.
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