En la era digital, la primera línea de contención para frenar ciberataques es el uso de contraseñas. Sin embargo, el común denominador tiende a repetir las mismas contraseñas en todos sus usuarios digitales. Es un truco eficaz para evitar olvidarlas, pero es el flanco que mayormente atacan los hackers cuando intenta suplantar nuestra identidad digital.
En la actualidad, la mayoría de los software médicos solicitan contraseñas alfanuméricas para permitir el acceso a las plataformas, pues se ha comprobado que es la manera más eficaz para detener a los piratas digitales. No obstante, no constituye una defensa infalible y su efectividad depende en gran medida de la robustez en la contraseña que elijamos.
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Cosas que NO debemos hacer
Antes de hablar de los mejores métodos para crear y memorizar una contraseña con la cual podamos proteger los datos clínicos de nuestros pacientes, puntualizamos algunos errores comunes y que debemos evitar:
- Evita utilizar palabras genéricas como “contraseña”.
- No repitas tu nombre de usuario en la contraseña.
- No usar exactamente la misma contraseña dos sitios o más.
- Jamás coloques información personal como fechas de cumpleaños, nombres, direcciones o cualquier otro dato que pueda ser investigado.
- No compartas tus contraseñas por ningún medio digital.
Una vez dicho esto, podemos enfocarnos en las técnicas más seguras para gestionar las contraseñas de los dispositivos enlazados a tu software médico.
Cabe destacar, que una contraseña realmente segura debe tener como mínimo 12 caracteres alfanuméricos, con al menos un símbolo y una letra en mayúscula o minúscula. Sabiendo eso, se pueden usar 3 técnicas para crear y recordar nuestras contraseñas.
Usa algo que solo tenga sentido para ti
La manera más directa de recordar una contraseña es relacionándola con algo que te agrade. Puede ser el título de tu canción favorita, tu comida favorita o una película que te guste mucho.
La clave está en realizar pequeñas modificaciones que puedas recordar siempre. Por ejemplo, toma la primera frase de tu canción favorita y sustituye las vocales por símbolos y números, así tendrás una contraseña perfecta que jamás olvidarás.
Usa palabras al azar
Uno de los métodos más seguros en caso de un ciberataque es utilizar palabras aleatorias y que no tengan absolutamente ninguna conexión entre sí. La clave de éxito de este método está en elegir entre 4 y 6 palabras totalmente inconexas y con una longitud mayor a 4 letras, que podamos separar por medio de números o caracteres.
Para elegir las palabras existen varios métodos, puedes usar algún programa que genere palabras aleatorias o incluso abrir un libro y seleccionar palabras al azar entre sus páginas. Un ejemplo sería: Ronca!Pelo2Gallos#Loco. Puede parecer complicado, pero no lo es tanto cuando se tiene que memorizar una secuencia corta.
El truco del teclado
Otra manera fácil y efectiva de generar una contraseña excelente y lograr recordarla, es establecer una secuencia con una palabra familiar e intercalar los números y símbolos en orden creciente o decreciente.
Por ejemplo: la palabra es el nombre de tu hermano “Eduardo”, la idea es intercalar entre cada letra un número o un símbolo en orden para no olvidarlo, de la siguiente manera: E1d!u2a”r3d#o. De esta manera tendremos una contraseña que sea familiar para nosotros, pero con un alto nivel de complejidad para un sistema informático.
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