A poco más de seis meses del movimiento telúrico ocurrido el pasado 19 de septiembre, un terremoto de 7.1 grados que provocó la muerte de 369 personas (El Sol de México, 2017), los mexicanos, en su condición de pacientes, no pueden asimilar por completo el trauma a nivel mental que representa un evento de esta naturaleza.
20% presentará daños en su salud mental
En esa tesitura, tomando como base la información publicada por el diario El Universal, el Dr. Hugo Sánchez Castillo, académico de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reconoce que tras una afectación por estrés, detonada en el caso de un sismo, hay una respuesta natural, adaptativa del organismo que no muchos pacientes logran asimilar.
Si esta respuesta, que nos permite sobrevivir, como se ve en la manifestación de un estado de alerta, disminución del sueño o apetito, e, incluso, el incremento de energía, se mantiene por más de tres meses, sabemos entonces que la ansiedad está migrando a una patología más intensa que podría derivar en un trastorno de pánico, trastorno de ansiedad generalizada, algún tipo de fobia o estrés post traumático.
Con esto en mente, el Dr. Sánchez Catillo detalla que en el 80 por ciento de los casos, las personas demostrarán conductas adaptativas que le permitirán ir solucionando el problema. Un mecanismo natural que los hará sentir mejor, paulatinamente. Sin embargo, el 20 por ciento restante será incapaz de asumir el evento traumático por lo que podrían derivar en algún trastorno de orden mental.
Letalidad de los trastornos mentales en México
Entre los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la presencia de enfermedades mentales provocó la muerte de poco más de 300 mil personas. Una evaluación donde los Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, fueron las naciones con más decesos registrados en 2012.
En este sentido, México demostró una baja incidencia con un registro de 4 mil 213 fallecimientos. Sin embargo, no es motivo suficiente para bajar los brazos en la atención, diagnóstico y tratamiento de este tipo de enfermedades que alteran la calidad de vida del paciente mexicano.
Imagen: Bisgtock