La revisión de estos 6 factores podrían ser determinante para el desarrollo de ansiedad al momento de trabajar en el centro de salud. Aunque, mucho de ello dependerá de la instancia que te toque cubrir de acuerdo al horario y, fundamentalmente, si se trata del sector público o de la iniciativa privada.
En todo caso, este pequeño escrito se ha realizado con la intención de servir como una herramienta de apoyo para los profesionales de la salud. Revísalos, identifícalos y, si te es posible, evítalos al mínimo.
6 factores que detonan la ansiedad
1. Tener la palabra en una reunión.
Si durante el análisis de un caso en específico surge en tu pensamiento una idea que podrían dar un indicio para establecer una posible decisión. Exprésala. Por básico que parezca, muchos profesionales de la salud no lo lleva a cabo y esto se traduce en una fuente potencial de ansiedad.
2. Responder al teléfono.
Aunque parezca increíble, mucha gente que se encuentra al cuidado de la parte telefónica en alguna institución de salud, puede generar un grado muy probable de ansiedad. Y esto, no tanto por uno mismo, sino por el agente externo y sus formas.
3. Fechas límite.
Este punto hace referencia a la percepción individual que cada profesional de la salud tiene sobre la responsabilidad. Puede que con respecto a condiciones específicas de trabajo en el Hospital no falles en lo mas mínimo. Sin embargo, cuestiones que no son tan importantes podrían convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Dale su justo tratamiento a cada una de tus tareas pendientes.
4. Aprender en Clínica.
Cuando se te presente alguna complicación derivada del comportamiento de un caso en particular, es tu deber estar abierto a todas las posibles eventualidades que pueden ocurrir durante la práctica médica. No todo se aprende en la academia, hay cosas que únicamente la experiencia te puede dar.
5. Entrevistar al paciente.
Este procedimiento, muchas veces, es irrenunciable. Por esa razón, es condición necesaria que los profesionales de la salud sepan hacerlo adecuadamente. No sólo para discernir una patología, trastorno o enfermedad, que probablemente ya conoces, sino para acercarte al paciente, ser un soporte y darle apoyo.
6. Hablar con los familiares.
Aún en el peor de los casos, el médico debe tener ese grado justo de empatía para comprender la incertidumbre y la posible manifestación del dolor que mucha gente puede expresar cuando su familiar se encuentra hospitalizado. Un médico vas más allá de la realización de una profesión; y, eso, nunca puede olvidársele.
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