Para hacer posible que el paciente supere cada una de las condiciones que constituyen su miedo o “fantasmas”, es necesario la revisión de un concepto muy importante en esta y todas las relaciones interpersonales que se manifiestan en la sociedad: La confianza. Y dicho elemento forma parte de la relación médico-paciente que tú, como nadie más, conoce con mayor detalle que otras personas de distintas profesiones.
Decálogo para controlar los miedos del paciente
Con esto en mente, el equipo editorial de Saludiario ha preparado este pequeño manual a fin de que sirva como una herramienta para los profesionales de la salud en su desempeño cotidiano al interior del consultorio (dimensión privada) o centro de salud (salud pública), tomando como base la confianza con el paciente.
Identifica el nivel de confianza del paciente
- Cuando un paciente se apersone en tu consultorio o centro de salud puede que sea una persona de confianza, que ya conozcas y a la cual puedas sugerirle modificar algunas condiciones que impulsarían el desarrollo de factores de riesgo en su salud. Identifica que clase de paciente tienes en frente: si uno al que se puede persuadir o a uno que se puede orientar.
Analiza el contexto del paciente
- Cada paciente es un mundo en sí mismo: tiene sus problemas, virtudes y personalidad indistinta. Por esa razón, analizar el contexto de su persona es fundamental. Aspectos como la familia, el lugar donde reside y su nivel educativo, socioeconómico pueden intervenir en la conducta la formulación de barreras que representen una resistencia frente a un diagnóstico y/o tratamiento.
Revisa sus preocupaciones
- Es importante conocer las razones que motivan su miedo. Puedes ser muy directo al conocerlo, pero depende de tu habilidad en el trato con el paciente fundamentando tu actuación en el nivel de confianza conferido o identificado en el primer punto de este decálogo. Conoce sus fantasmas para comenzar a trabajar en ello.
Considera el contexto de su tratamiento
- Con esto en mente es necesario tener bien en claro las implicaciones de un determinado procedimiento (intervención quirúrgica) diagnóstico y/o tratamiento. Una noticia no tan halagüeña podría representar un impacto negativo en el comportamiento del paciente y un posible alimento para sus miedos. Reconoce este contexto que se derivará de tus noticias.
Visualiza los posibles desenlaces
- Irremediablemente, cada una de actividades que se desarrollan en la práctica médica desde la recepción de un paciente en la primera cita hasta el epílogo de una enfermedad terminal representa una serie de posibilidades interminables que aceleran (o no) nuestro transcurso hasta la muerte, lo único seguro en este mundo. Por esa razón, el médico por encima de todo el personal médico debe de tener bien en claro que la implementación de determinada técnica, procedimiento o tratamiento implica una serie de escenarios. La revisión de cada uno de ellos y la contención de los mismos es fundamental para disminuir el miedo del paciente.
Toma cartas en el asunto
- Toma una decisión: hacer frente a los miedos del paciente o dejarlo a su suerte y la madurez mental para que él sólo pueda contenerlos y erradicarlos. Es probable que te decantes por el apoyo al paciente. Por esa razón, es necesario tomar cartas en el asunto y empezar a modificar cada una de las situaciones que dan paso a la generación de sus miedos.
Procura ser sincero
- Condúcete al paciente con sinceridad a partir de todo lo analizado, su condición actual de salud y los posibles escenarios que se pueden presentar por el uso (o no) de determinadas herramientas para el tratamiento de su salud. Uno no puede engañar al paciente para “hacerlo sentir mejor”. En la mayor parte de los casos (si no es que en todos) esta operación puede representar un peligro más delicado que un beneficio paliativo.
Empatía
- En este punto, a dos del final, conocerás tanto al paciente que es posible que su dolor, “fantasmas” y miedos sean tanto de él como tuyos. Por esa razón, la empatía es la clave para dejar de lado aquellos pensamientos que te podrían hacer pensar en abandonar a su suerte a una paciente infestado de miedos. Reconoce esa empatía para actuar en función de un beneficio mutuo para mejorar la calidad de vida del paciente.
Inyecta confianza
- Otorga al paciente los elementos para la construcción paulatina de confianza. Confianza en sí mismo, en ti, como médico, en el tratamiento y en el futuro venidero. La mayor parte de los pacientes no logra ver con buenos ojos el futuro y esto tiene un impacto en el tratamiento. Inicia la demolición de sus miedos a partir de la constitución de una cada ver más fuerte motivación.
Empodera al paciente
- El punto más álgido, el paciente consciente de su contexto, estado de salud y posibilidades puede tomar decisiones correctas respecto de su salud. El final de este pequeño decálogo en el ánimo de difuminar al fantasma del paciente médico.
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