Desde el año pasado un tema que ha causado controversia en nuestro país es la objeción de conciencia, iniciativa promovida y aprobada en una primera instancia por la Cámara de Diputados y recientemente ratificada por la Comisión de Salud del Senado la cual aprobó su aplicación en nuestro país, pese a la división de opiniones tanto de la clase política como de los propios médicos.
En este caso, la minuta avalada con 53 votos a favor, 15 en contra y una abstención, ya fue enviada al Ejecutivo para su promulgación y la mayor novedad es que adiciona el artículo 10 Bis en Ley General de Salud, en el que se establece que la objeción de conciencia no podrá aplicarse cuando se ponga en riesgo la vida del paciente o se trate de una urgencia médica.
Por lo pronto, la medida contempla que los galenos y enfermeras podrán negarse a practicar un servicio en caso de que atente contra sus creencias religiosas, ética o convicciones, como puede ser un aborto, lo que a su vez podría tener efectos negativos para los pacientes.
Pese a su aprobación, la controversia continúa debido a que desde su discusión, uno de los principales argumentos de sus opositores es que la medida contradice al Juramento Hipocrático en el que se establece que la vida del paciente es la primera de las preocupaciones.
Por otra parte, de parte de quienes han promovido esta iniciativa se ha explicado que siempre existirá un respeto por el paciente, aunque algunos consideran que al implementarla se podrían incrementar los casos de negligencias médicas en el país, las cuales se presentan cada 8 minutos de acuerdo con la fundación “No más negligencias médicas”.