Existen pacientes incapacitados para tomar decisiones por ellos mismos, por ejemplo niños pequeños y personas con enfermedades neurológicas o psiquiátricas y las que están temporalmente inconscientes o en coma. Estos sujetos necesitan el apoyo de representantes que decidan en su nombre, ya que poco a poco los médicos han perdido la figura paternalista que les permitía actuar en este sentido.
Algunos países especifican a los representantes apropiados en orden descendiente, por ejemplo, cónyuge, hijos adultos, hermanos y hermanas, etcétera, de modo que el médico debe tomar decisiones por el paciente sólo cuando no se puede ubicar al representante designado, lo que sucede con frecuencia en situaciones de emergencia.
Para que no existan dudas sobre la conducta que deben observar los profesionales de la salud en la toma de decisiones médicas, la Declaración de la Asociación Médica Mundial (AMM) sobre los Derechos del Paciente estipula:
- Si el paciente está inconsciente o no puede expresar su voluntad, se debe obtener el consentimiento de un representante legal, cuando sea posible.
- Si no se dispone de un representante legal, y se necesita urgente intervención médica, se debe suponer el consentimiento del paciente, a menos que sea obvio y no quede la menor duda, con base en lo expresado previamente por el paciente o por convicción anterior, que éste rechazaría la intervención en esa situación.
En el Manual de Ética Médica de la AMM se señala que suelen surgir problemas cuando los familiares no se ponen de acuerdo en la toma de decisiones. En este caso, indica, el médico puede fungir como mediador, pero si el desacuerdo persiste está en posibilidad de sugerir vías para resolver el problema, por ejemplo, dejar que sea el familiar de más edad quien decida, o bien, llevar el asunto a votación.
Por otra parte, cuando la decisión tomada afecte negativamente al paciente, según criterio del profesional de la salud, la Declaración sobre los Derechos del Paciente aconseja “apelar de esta decisión en la institución legal pertinente u otra”.
Es evidente que el ejercicio de la Medicina es tarea difícil, sin embargo, conocer las directrices del Manual de Ética Médica de la AMM pueden ayudar a tomar decisiones en momentos difíciles.