En diciembre de 2015 Guadalupe Iglesias y Carlos Martínez recibieron implante de ojo biónico en la Clínica Barraquer de Barcelona, España, y hoy, tras meses de evolución favorable, se confirma el éxito en ambos casos, sin embargo, el de Carlos, paciente con Síndrome de Usher, es notorio, ya que se trata del primer sordociego de Europa, y el segundo en el mundo, que recibe este tipo de tecnología.
El implante desarrollado por la empresa estadounidense Second Sight, y cuyo nombre oficial es Argus II, se encarga de proporcionar estimulación eléctrica a la retina a fin de aumentar la percepción visual en personas ciegas.
También llamado visión artificial o implante de retina, este desarrollo funciona gracias a una microcámara alojada en las gafas del paciente para capturar aquellas imágenes a las que apunta con la mirada a fin de enviarlas a un pequeño ordenador que lleva encima, el cual las procesa y transforma en instrucciones que recibe de forma inalámbrica una antena instalada en su implante.
De esta forma, los impulsos captados estimulan las células sanas que aún hay en la retina y transmiten la información al cerebro a través del nervio óptico para crear la percepción de patrones de luz que los pacientes pueden aprender a interpretar.
Aunque los especialistas estiman se requieren al menos seis meses para dominar el uso del ojo biónico, éste facilita la vida de las personas desde el momento en que les permite distinguir siluetas, letras y movimientos. No obstante, su gran desventaja está dada por elevado costo del tratamiento.