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Fumar acelera hasta en cinco años la pérdida de visión asociada a la edad

En la víspera del Día Mundial sin Tabaco, es necesario recordar que fumar puede ser un catalizador en el avance de la DMAE y la progresión de cataratas

Como alguna vez dijo el doctor Juan Vicente Esplugues, catedrático de la Unidad de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia (UV) durante una entrevista con el equipo editorial de Saludiario, derivada de su presentación en el programa ASMA: Despejar los mitos de las verdades, del pasado 21 de febrero de 2017, “fumar es un acto que tiene más cualidades negativas para la salud pública que beneficios a nivel particular y personal”.

Con esto en mente, partiendo de la tesis que versa sobre el carácter negativo de agente fumador, la doctora Carmen Villoria, directora de Clínica Villoria en Ponteverdra Oftalmología Avanzada en España, recordó algunas de las implicaciones que dicha actividad tiene en la salud del paciente a nivel ocular.

Pocas personas relacionan al fumador con problemas visuales, si bien está demostrado que su efecto es evidente y frecuente en distintas patologías, siendo más comunes en personas fumadoras o incluso en aquellas expuestas al tabaco.

En este orden de ideas, la especialista destacó de que a pesar de que muchos de esos adolescentes son conscientes de que su hábito involucra un elevado riego de padecer enfermedades:

  • Cardiovasculares;
  • Respiratorias; o,
  • Cáncer.

Solo un pequeño porcentaje identifica que el consumo de tabaco también incrementa la probabilidad de padecer importantes afecciones oculares como la progresión de cataratas e incluso la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Una tendencia que no es exclusiva de España, sino que prevalece a nivel mundial.

De tal manera, las diversas sustancias tóxicas generadas a partir de la inhalación del humo del tabaco se acumulan en diferentes partes del organismo y, principalmente, a través del sistema circulatorio llegan al sistema ocular, donde generar problemas en el mediano y largo plazo.

La mácula, ubicada en el centro de la retina, es crucial para tareas como conducir y leer y, según estudios realizados por la OMS, un fumador puede experimentar esta pérdida de visión hasta cinco años antes que un individuo sin esta adicción.

Por esa razón, en la antesala del Día Mundial Sin Tabaco, que se llevará a cabo el próximo miércoles 31 de mayo, es necesario recordar a los profesionales de la salud sobre la importante labor que representan difundir en la población civil y, con mayor vehemencia, en el paciente fumador las consecuencias que implica el consumo de tabaco en la salud visual.


 

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Imagen: Pixabay

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