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¿Estás preparado para lidiar con un paciente seductor?

El paciente seductor puede llevar al médico a romper los límites de lo profesional, sobre todo cuando éste enfrenta situaciones de estrés. ¿Tú, qué harías?
Paciente-Seductor

Distintos autores han intentado clasificar los diferentes perfiles de pacientes difíciles, pero poco o nada han conseguido con sus propuestas. Algunos hablan, por ejemplo, de los pacientes emotivos seductores y los describen como individuos con un componente emocional, quienes tienden al halago para manipular al profesional de la salud.

Sin embargo, en la práctica, pocos son los médicos capaces de identificar un comportamiento seductor en sus pacientes, ya que no han recibido formación específica al respecto.

Por tanto, conviene tener claro que un paciente seductor bien puede coquetear usando vestimenta, posturas y lenguaje provocativos, o ser más discreto e insinuarse incluso con gestos, por lo que siempre hay que:

  • Mantenerse atento al lenguaje no verbal del paciente y el propio en el acto médico.
  • Permitirse reconocer las emociones que puede despertar un paciente, ya que de ello depender la capacidad para identificar una situación que está rebasando los límites profesionales y, en consecuencia, pedir ayuda cuando sea necesario.

Asimismo, hay que considerar que la actitud seductora del paciente puede esconder alguno de estos motivos:

  • El deseo inconsciente de dominar y llamar la atención de las personas.
  • Perseguir de forma consciente o inconsciente elementos para denunciar al médico y obtener algún tipo de ganancia.

Es por ello que hay que evitar ceder ante intentos seductores que sólo desvirtúan la relación médico-paciente.

Al respecto, cabe añadir que el médico suele ser más vulnerable a los pacientes seductores cuando se encuentra sumamente estresado por eventos como:

  • Divorcio.
  • Tener un familiar gravemente enfermo.
  • Exceso de trabajo.
  • Pérdida de un ser querido.

En circunstancias como estas, es probable que un paciente prefiera escuchar los problemas del médico en lugar de demandar atención profesional para su persona, por ello, a fin de evitar tales situaciones, el profesional de la salud debe:

  • Analizar qué necesidades puede estar experimentando.
  • Buscar apoyo de colegas.

Otras señales de alerta que indican que la relación médico-paciente puede llegar a ser demasiado íntima son:

  • Programar a pacientes favoritos al final del día.
  • Ofrecer atención gratuita.
  • Intercambiar obsequios.
  • Hacer arreglos necesarios para ver al paciente fuera del consultorio médico.

Antes de rebasar los límites de lo profesional con un paciente seductor, el médico debe recordar que estas personas regularmente tienen historial de problemas emocionales, como depresión, intentos de suicidio y trastornos de somatización, por lo que su conducta se convierte en grito de auxilio que demanda atención de otros especialistas.

Por tanto, resulta necesario tomar actitud seria y respetuosa para abordar al paciente y pedirle que aclare las intenciones de su comportamiento con el objetivo de encauzarlo con los médicos indicados y, en caso de emocionarnos, reconocerlo para regularlo.

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