Médicos, enfermeras, trabajadores de vectores y personal administrativo del sector salud en cinco municipios del estado de Guerrero han dejado de laborar desde el pasado 28 de abril debido a presuntas amenazas del crimen organizado.
Los municipios afectados (Ajuchitlán del Progreso, Arcelia, San Miguel Totolapan, Tlachapa y Tlapehuala) pertenecen a Tierra Caliente y dejaron de tener servicio en clínicas y oficinas regionales de la Jurisdicción Sanitaria 01 de la Secretaría de Salud local (ubicadas en la cabecera del municipio de Tlapehuala) luego de que la noche del jueves presuntos integrantes de la delincuencia organizada hablaran a los funcionarios para ordenar los cierres.
En la llamada telefónica se mencionó que podrían abrir los espacios médicos “bajo su propio riesgo”, de modo que galenos, enfermeras y demás personal de salud esperan el aviso de las autoridades para regresar a sus respectivas labores.
Roberto Álvarez Heredia, vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, detalló que en el caso del municipio de Pungarabato las únicas clínicas que están cerradas son las de Sinahua, Tanhanhuato, Las Querendas, Las Juntas de Chacarero, La Bolsa, Placeritos y Chacarero Grande.
Asimismo, agregó que el cierre también se debería a la presión que actualmente ejercen algunos grupos sociales para exigir que se quite el fuero al diputado priísta y exalcalde de San Miguel Totolapan, Saúl Beltrán Orozco, quien además de ser señalado por tener vínculos con el grupo delictivo conocido como “Los tequileros”, enfrenta demanda de juicio político interpuesto por la Fiscalía General de Justicia del estado por la presunta autoría de los asesinatos de un sacerdote y un trabajador del Ayuntamiento en 2014.
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