Científicos y especialistas de la Universidad de Ginebra (UG), en Suiza, publicaron una investigación en la revista médica y científica Inmmunity donde se dieron a conocer los componentes de un proteína que podría ser la clave (y detonante) de la esclerosis múltiple, enfermedad neurológica que, de acuerdo con los tabuladores de la Federación Internacional de la Esclerosis Múltiple (MSIF) afecta la calidad de vida de 2 millones 300 mil personas en todo el mundo.
La TOX protein
Con esto en mente y a la luz de los resultados observados en el estudio titulado: Expression of the DNA-Binding Factor TOX Promotes the Encephalitogenic Potential of Microbe-Induced Autoreactive CD8+ T Cells, fue posible identificar lo que bien podría ser el primer desencadenante de esta devastadora enfermedad. Una partícula a la cual los investigadores bautizaron como: “TOX“.
En este sentido, los doctores Nicolas Page, Bogna Klimek, Mathias De Roo, et. al., reconocieron que su labor al frente de esta investigación podría ser un eslabón adicional en la búsqueda del origen de la esclerosis múltiple, enfermedad que será conmemorada el próximo miércoles 30 de mayo, como cada año.
Nuestro trabajo hemos analizado factores infecciosos mediante el estudio de las reacciones autoinmunes provocadas por diferentes patógenos. Así, de lo que se trataba era de identificar un elemento que pudiera influir directamente en el desarrollo de la esclerosis múltiple en caso de que hubiera habido una infección. Concretamente, los autores evaluaron la respuesta frente a dos patógenos: una bacteria y un virus. Y para ello, los inocularon en un modelo animal –ratones– completamente sano. ¿Y qué pasó? Pues que en ambos casos se observó una respuesta inmune muy similar. Sin embargo, la localización de respuesta difirió, y mucho, en función de que su causante fuera la bacteria o el virus.
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