Un equipo de científicos e investigadores de la ciudad de Los Ángeles fundaron una compañía que, bajo el nombre de C3J Therapeutics, concentró sus esfuerzos en la atención de la microbioma con la precisión de la más alta tecnología, la cual únicamente ataca a las bacterias consideradas malignas para el paciente, en beneficio del resto de la flora intestinal. A pesar de su “juventud”, la citada start up es bien vista dentro del campo de la medicina.

Programa de I + D antimicrobiano

Desde su creación la compañía ha recaudado poco más de 105 millones de dólares para el desarrollo de su tecnología. Una cifra que se desprenden de los casi 27.2 mil millones de dólares que serán invertidos este año para el desarrollo de nueva tecnología para el sector salud.

En esa tesitura, la compañía firmó a finales del mes de febrero de este año un convenio de colaboración con Synthetic Genomics, Inc., (SGI), otra empresa especializada en el diseño y programación de la biología para la función deseada, para integrar la plataforma patentada de bacteriófagos (o fagos) de SGI con los programas de I+D de C3J que abordan las altas necesidades médicas no cubiertas relacionadas con enfermedades infecciosas (Boletín 28/02/18).

Los datos clínicos para el fago natural demuestran el potencial de la terapia con fagos para tratar infecciones bacterianas resistentes a múltiples fármacos. El fago modificado por ingeniería genética puede resolver las limitaciones inherentes del fago natural, como el estrecho rango de hospedadores y el desarrollo de resistencia. La combinación de los programas de fagos y antimicrobianos de SGI y C3J permitirá nuevas oportunidades de desarrollo de productos, como ingeniería de bacteriófagos para entregar una carga útil de péptidos para mejorar el impacto antimicrobiano.

¿Importancia de la Microbiota intestinal? 

La innovación de C3J Therapeutics es clave en el establecimiento de mecanismos eficaces de medicina preventiva, ya que, únicamente para citar un ejemplo, algunos científicos en España han descubierto que las bacterias de la microbiota intestinal influyen en la recuperación inmunológica de pacientes con virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

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